IN MEMÓRIAM , MANUEL PASTRANA GRIÑÁN

 

Hace unas horas que he conocido la triste noticia de la muerte de Manuel Pastrana Griñán, subteniente retirado de la Guardia Civil, buena persona y amigo.

Son demasiadas las muertes que están ocurriendo en mi círculo de amistades. Primero fue el Covid-19 que se llevó a unos cuantos amigos. Luego ha venido la vejez, que no perdona a nadie. Y para el final dejo las enfermedades que cada día se ceban con más personas, a pesar de los avances científicos y médico. Este ha sido el caso de Manolo Pastrana, no ha podido superar un ictus, que tan de «moda» se está poniendo.

Conocí a Manolo cuando éramos niños, aunque él algo mayor que yo, no mucho, la verdad, en nuestro pueblo, Robledo. Luego fuimos vecinos en Albacete, en aquella calle de Virgen de los Desamparados, calle pequeña pero llena de gente buena y trabajadora. Quiso la vida que eligiéramos diferentes destinos laborables, él eligió la Guardia Civil, yo el mundo de la banca. Él no tuvo reparos en conocer nuevas tierras y recaló como primer destino en el País Vasco, en las Vascongadas como decíamos entonces. Años muy duros, los años del plomo. Época en la cual, un día sí y otro también, moría victima de la barbarie y la sin razón de unos fanáticos, un guardia civil, un policía, un militar y hasta niños inocentes. 

Estuvimos muchos años sin vernos, no diré que sin saber nada de él, pues aunque con cuentagotas y en secreto, algo se sabía de sus andanzas en su servicio diario a la Patria. Quiso que la publicación de un libro nos volviera a reencontrar. Fue en la presentación del libro: PASTRANA, EN EL NOMBRE DE LA GUERRA SUCIA, (una reseña del mismo la podréis encontrar en este blog con fecha 1 de julio de 2018), que recoge parte de sus hazañas en la de Guardia Civil, en sus diferentes destinos y en los múltiples casos en los que participó, ya, incluso, fuera del País Vasco. Llegó a pertenecer a la UCO, el cuerpo de élite de la Guardia Civil, servicio donde se llevan los casos más importantes que investiga la Benemérita.

Aquel día de la presentación no era el momento de hablar, pero sí hubieron otros con posterioridad para ponernos al día sobre el devenir de nuestras vidas. La última vez que hablamos fue hace unos meses y en esta ocasión me propuso escribir un libro juntos, cosa que yo acepté sin pensarlo. Quedamos que cuando la pandemia tocase a su fin nos pondríamos manos a la obra. Ya no podrá ser, querido Manolo. Una lástima, primero y lo más importante, porque te has ido demasiado pronto y después porque me decías que que todo lo tenías en la cabeza, que era tu ordenador personal. Recuerdo que te dije: -algo tendrás escrito, -algo sí, pero poco. Hay cosas que aun no pueden salir a la luz, ya habrá tiempo de ello. Te has ido y te has llevado tus memorias. 

Me gustaría cerrar este pequeño homenaje al guardia civil, pidiendo a quien corresponda, que se le dé su nombre al cuartel de Robledo: "Cuartel de Manuel Pastrana". Creo, sinceramente, que es de justicia por todos los servicios prestados a sus tres principios: La Patria y la Guardia Civil. El otro su familia.

Descansa en paz Manolo, te lo mereces.