> Miguel Garví, escritor: 2022

jueves, 1 de diciembre de 2022

ENTREVISTA MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL

 Os dejo la entrevista que me ha realizado la cadena de televisión VISION 6, con motivo de la presentación de mi última obra, MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL. Un libro con el que podréis conocer de una forma sencilla la historia del parque Lineal, uno de los parques más importantes de Albacete, el más nuevo, pues se inauguró el 13 de septiembre de 1981, pero que encierra mucha historia en él, o por ser más exactos, el lugar que ocupa el parque. 


Como en ocasiones anteriores los beneficios por la venta de este libro van destinados a la Institución del Sagrado Corazón, más conocido como Cotolengo. 


Pinchado sobre la imagen podréis verla







viernes, 18 de noviembre de 2022

PRESENTACION: MIGUELITO EN EL PARQUE LINEAL

Ayer día  17 de noviembre de 2022 fue uno de esos días grandes en la vida de un escritor. La presentación de mi última obra, Miguelito en el parque Lineal. Con un salón de actos de la Biblioteca pública del Estado prácticamente lleno, cosa que agradece mucho cualquier autor, y acompañado de Salvador Jiménez Ibáñez, alcalde de Albacete en la década de los años 80 y la hermana Constancia, superiora de la orden que mantiene la institución del Sagrado Corazón, conocida popularmente en Albacete por Cotolengo, se desarrolló el acto cargado de experiencias y anécdotas por parte de Salvador y una tierna y sentida descripción de la situación del Cotolengo.

En los corrillos posteriores y la firma de ejemplares el publico asistente me transmitió la sensación de haberlo pasado bien y de aprender cosas que no conocían de este parque tan popular.

Gracias, de nuevo, a todos los asistentes por su presencia y la adquisición de ejemplares con destino al Cotolengo. 


Por último decir que el libro está a vuestra disposición en Librería Popular de Albacete.


Pincha en la imagen para ver el video







domingo, 13 de noviembre de 2022

POR TÍ, POR SIEMPRE

     

    Leyendo los deliciosos relatos de Antonio Magán, sobre el inspector Mustio, a uno se le llenan los ojos de recuerdos de esa época. Época, sin duda, trágica para Albacete, una ciudad que comenzaba a despertar en el progreso, que se aferraba al tren de la modernidad, a presumir del «Nueva York de la Mancha» que la nombrara Azorín. Una época que trajo demasiados quebraderos de cabeza a los miembros de la tranquila comisaría de policía de Albacete, situada en la calle de Calderón de la Barca a la espalda del Gobierno Civil. 

    Apenas contaba yo con 12 años cuando sucedió un hecho que puso a la ciudad «patas arriba». Una ciudad acostumbrada a que nunca pasase nada, que no estaba preparada para ver unos sucesos tan trágicos como la muerte de una joven pareja que había buscado la intimidad de la noche en el parque de la Fiesta del Árbol. Un asesinato tan brutal como lo son todos ellos. Sin venir a cuento y a cambio de nada. Un individuo les descerraja un tiro en la cabeza a cada uno los novios que allí se encontraban, en la placidez y el frío de un atardecer del mes de enero, solo para saber que se sentía al matar a una mujer. 

    Albacete no estaba acostumbrada a este tipo de sucesos, que serían a la postre el principio de una época demasiado convulsa, antesala de lo que tendría que venir con la llegada de la delincuencia de otras ciudad que venían a un poblachón manchego, donde se veía pasar el tiempo sin inmutarse. La época de los «quinquis» que tan fidedignamente plasmó José Antonio de la Loma en sus películas, los atracos a mano armada a las entidades bancarias a cara tapada o descubierta, tal era su atrevimiento. A sustraer unos miles de pesetas para pagar la heroína que comenzaba a hacer estragos entre las clases más bajas y que proyectaba una dependencia tan dura que era casi imposible salir de ella y menos sin la ayuda de los programas de desintoxicación del ministerio de Sanidad, que más tarde se pondrían en marcha. Atracos que trajeron mucho dolor a esta Ciudad. Un policía muerto y un empleado de una agencia urbana, dieron su vida a cambio de nada. Hasta el que hoy escribe esto, soportó el susto de una pistola contra el pecho, mientras un individuo se apoderaba de un escaso botín, tanto que tuvo que llevarse las monedas que había en la ventanilla, y tan poco profesional que dió una patada a una bolsa de plástico en el suelo que contenía la no despreciable cifra de 2 millones de pesetas, en la mañana de un sábado que prometía no entraría ningún cliente. Eran otros tiempos y otra forma de ver el negocio bancario por parte de los banqueros afincados en Madrid. Susto que se fue olvidando con el paso de los años. Mi vida en manos de un delincuente de poca monta que probó suerte en un pueblo en la mitad de la llanura manchega, a caballo entre Albacete y Madrid, un pistolero al que no detuvo la Guardia Civil, o al menos la justicia nunca me llamó a declarar en un juicio.

    Años más duros aún para los padres de unos niños secuestrados a cambio de un rescate que murieron a manos inmisericorde de su captor o secuestradores.

    Años en lo que la psicosis a salir de noche se apoderó de una ciudad que quería ser moderna. El descaro de unos delincuentes que no se conformaban con la noche, también a plena luz del día era el momento propicio para robar unas pocas pesetas y algún reloj, o la medalla de oro con su cadena que la mayoría de la población llevaba colgada a su cuello. Anillos en las manos de las señoras y hasta les venía bien las alianzas que portaban los casados. 

    Tiempos en el que la ciudad se desangraba en una hemorragia  que los policías de la comisaría intentaban taponar  con los escasos medios de que disponían. Ponían más corazón y pasión que eficacia, pues el número delincuentes les desbordaba. Llenaban los oscuros calabozos a diario, ponían a disposición de los jueces a estos, para al día siguiente volver a llenar los mismos calabozos. Los trámites administrativos ocupaban buena parte de las guardias de estos policías, tiempo que precisaban para detener a más delincuentes.

    Tiempos de agitación social y política provocados por un cambio de régimen y que requerían de la vigilancia de estos individuos por orden del gobernador civil de turno. Doblar guardias no era suficiente para cubrir todo este espectro y la amalgama de situaciones y delitos que se cometían a diario. Época en la que ser policía en una ciudad que pretendía ser moderna, no era la mejor profesión, pero allí estaban ellos, cumliendo con lo que les ordenaban y sin hacer preguntas, estas solo se las hacían a los delincuentes y casi nunca obtenían la respuesta correcta. 



martes, 6 de septiembre de 2022

ENTREVISTA MIGUELITO EN EL ALTOZANO

 Os dejo la entrevista publicada por Visión 6 televisión, hablando de mi último libro «Miguelito en el Altozano». Una obra teatralizada sobre la plaza del Altozano de Albacete, donde tres personajes, Miguelito, el muñeco manchego; el vendedor de cinto y la Bicha de Balazote, te descubrirán todos los rincones de la Plaza y te contaran como era y que edificios tenía, además de algunas anécdotas.

También, recordarle que, nuevamente, es un libro solidario cuyos beneficios van para la institución del Sagrado Corazón de Jesús, popularmente conocido como COTOLENGO.


Lo puedes adquirir en Popular Libros, librería Herso y en la recepción del Gran Hotel de Albacete.


Pulsando sobre la cubierta del libro podrás acceder al video.