ENVIDIA Y SONROJO

Tan solo eran las 8 de la mañana y mientras desayunaba, como todos los días, enciendo el pequeño transistor que tenemos colocado sobre la mesa de la cocina. Como todos los días, también, me propongo oír las primeras noticias, en la misma emisora de todos los días, en la COPE, ¿por qué no lo iba a decir? Hoy un programa especial desde Londres, dirigido por Ángel Expósito, al alimón con el periodista José Luis Pérez. La sorpresa parece que ha sido mayúscula y contra pronóstico, se ha impuesto en las elecciones generales del Reino Unido el Partido Conservador liderado por David Cameron.

La sorpresa para mí no ha sido esta, aunque, como decía haya sido contra pronóstico en la intención de voto. Sin duda ha sido que tres de los principales el laborista Ed Miliband, el liberal-demócrata Nick Clegg y el euroescéptico Nigel Farage, han presentado su dimisión ante “el fracaso electoral” o lo que ellos consideran fracaso. Ahí está mi envidia de ver esta democracia. No le he hecho bien, pues dimito, y no pasa nada. Alguien recogerá el guante e intentará hacerlo mejor. El primero se marchará a su casa y nadie, absolutamente nadie, se rasgará las vestiduras.

El sonrojo y la vergüenza vendrían más tarde. Susana Díaz, hasta hoy, presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, vuelve a fracasar en su intento de que el Parlamento le otorgue la confianza para formar gobierno. Está clara que antes de este fracaso se debería de haber marchado a su casa. Pero no, ni se ha marchado ni se marchará. Se ha enrocado en el cargo y no piensa dejarlo. Hasta ha tenido la desfachatez de culpar al resto del Parlamento de su fracaso, “el parlamento del no” ha dicho, y no se le ha caído la cara de vergüenza.

Esta Señora está viviendo estos acontecimientos por su culpa, por su egoísmo de anticipar las elecciones para perpetuarse en el puesto, para mejor gloria y honor de su familia. Volvemos a ver a otro político profesional. Estarán en el cargo hasta que se jubilen, lógicamente ligados a todas las prebendas que da el escaño. ¡Cuánto daño está haciendo el cochecito oficial en este País!