> Miguel Garví, escritor: 2014

lunes, 1 de diciembre de 2014

DESMONTANDO AL PERNALES



EL FINAL DEL MITO DE UN BANDOLERO

Francisco Rios "El pernales"
Francisco Ríos González, alias “El Pernales”, nacido en Estepa (Sevilla), el día 23 de Julio de 1875. Careció de formación escolar, era pues analfabeto, como la mayoría de la población de aquella época y sobre todo en la Andalucía más profunda. Desde muy niño se dedicó a trabajar para contribuir al sostenimiento de la precaria economía familiar. Su padre era un ladrón  de ocasión, es decir aquel que roba cuanto puede y en pequeñas cantidades, para salir del paso, por pura subsistencia.



En una de sus fechorías es descubierto en el momento del robo por la Guardia Civil y no se sabe muy bien porqué recibe un culatazo del fusil del sargento Padilla del puesto de Puente Genil, herida que le procura la muerte días más tarde. Siendo aún un niño, el Pernales, jura venganza contra este hombre por la muerte de su padre. A lo largo de su vida intentará varias veces acabar con la vida de este guardia civil, pero no lo conseguirá por diversos motivos. Dice la leyenda, que esto, le llevó a echarse al monte como bandolero. También se justifica que fue por venirle de cuna y como, de Estepa habían salido conocidos bandoleros. Otra tropelía de la imaginación popular, no porque hubiese habido famosos bandoleros, la población de Estepa fuese proclive a la delincuencia. Algunos investigadores quieren justificar el hecho sobre la base del apoyo que dio el bandolerismo a la Guerra de la Independencia y a cuyo final, la mayoría de ellos no quisieron o no supieron volver a la sociedad civil y a una vida normal en sus pueblos.
El apodo de “el Pernales” le viene de una degeneración, de cómo era conocido en un principio, “el Pedernales” por la acepción pedernal, piedra dura. Parece ser que era más fácil pronunciar “pernales” que “pedernales”. Aunque de esto no hay nada escrito, ni se supuso cierto en su totalidad. Se le consideró, desde siempre, una persona extremadamente dura y despiadada. Es conocida, de sobra, su fama de maltratador de su esposa y de sus hijos, así como más tarde de las amantes o queridas que tuvo.



Antonio Mata Sánchez "El reverte"



Antonio López Matín "El niño de la Gloria"

Comenzó su vida de delincuencia en unión de Antonio López Martín, alias el “Niño de la Gloría” y de Juan Muñoz, “el Canuto” a los que más tarde se uniría Antonio Sánchez “el Reverte”.

Se casó en 1901 con María de las Nieves Caballero, con la que tuvo dos hijas. Pero su vida lejos de reconducirla a la normalidad familiar, lo lleva a una vida fácil, las tabernas, prostíbulos o mancebías y continuas juergas, lo que le conducen, de nuevo, a la sierra y dedicarse a asaltar cortijos y diligencias en los caminos. Persona de carácter agresivo, le obligan a su mujer y sus hijas a abandonarle. Buscó entonces refugio en una amante, con la que tuvo un nuevo vástago, otra niña, con las que intentó huir a América, lugar de destino de la mayoría de los bandidos españoles de esa época, si es que no caían abatidos antes, pero no lo puedo conseguir. Intentando alejarse de Andalucía, donde estaba siendo acorralado por la Guardia Civil, se dirigió a la provincia de Albacete y en límite de ésta con la de Jaén, en la localidad de Villaverde de Guadalimar, en un paraje conocido como Arroyo del Tejo. Allí tuvo un nuevo enfrentamiento con la Guardia Civil de Alcaraz y a la que hacía frente el teniente Haro. Murió el 31 de Agosto de 1907, junto con otro famoso bandolero apodado “el Niño del Arahal”, el último ya de su cuadrilla, los demás habían sido abatidos poco a poco por la Guardia Civil o estaban presos. Sus cuerpos fueron llevados hasta la localidad de Bienservida y posteriormente en un carro hasta Alcaraz, cabeza de partido y sede del juzgado comarcal. Fueron expuestos al público en los soportales de la lonja del antiguo convento de Santo Domingo, en ese momento cárcel del partido, en la plaza mayor de esta localidad. Existen varias fotografías de los cuerpos así expuestos. Fueron enterrados en el cementerio de Alcaraz y cubiertos con una lápida con la siguiente inscripción:
“Francisco Ríos Gonzáles, el Pernales, a los 28 años. Antonio Jiménez Rodríguez, el Niño del Arahal a los 26 años, fallecidos el 31 VIII 1907”.


A raíz de su muerte, y dado que algunos testigos, llamados al efecto para identificarlos, dudan sobre si es o no “el Pernales”, algo que intentó en vano el Ministro de la Gobernación, dando orden expresa de que fueran embalsamados o conservados en hielo, hasta la llegada de algunos testigos desde Andalucía. Se crea un falso mito popular, de que no es “el Pernales” el que ha muerto y que lo relaciona con el más exquisito bandolerismo, que decía que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Hechos, estos, constatados que no eran ciertos. Fue un personaje extremadamente duro y egoísta, lejos del mito que se le atribuye.
A su fallecimiento y según consta en parte del atestado de la Guardia Civil, que se remite al Ministro de la Gobernación, D. Juan De la Cierva, se detallan las siguientes pertenencia que les fueron intervenidas:

- Un mulo castaño.
- Una escopeta de dos cañones.
- Un revolver marca Smith de 6 tiros.
- Un anteojo.
- Un reloj de bolsillo.
- Una cartera de bolsillo con 3 billetes de 100 pesetas.
- Una pluma de escribir.
- Dos cartas, una de ellas dirigida a su madre, dándole cuenta de que piensa salir del país para dirigirse a Sudamérica, y que tiene una nueva hija.


A Antonio Jiménez Rodríguez, “el Niño del Arahal”:

- Una yegua
-Un revolver marca Smith
- Una navaja de Albacete de grandes dimensiones.
- Una cartera de bolsillo con 4 billetes de pesetas.
Entre los dos disponían de 700 pesetas, una cantidad importante de dinero para aquella época.
El hecho de que este personaje muera en la provincia de Albacete, fue una circunstancia excepcional. Parece ser que venía huyendo desde Andalucía y se dirigía a Valencia para encontrarse con su amante, Concha Fernández Pina, “Conchilla”, natural de un pueblo llamado El Rubio. Una vez se hubiesen reunido, juntamente, con la hijas de ambos, iban a partir hacia América.
El desconocimiento de estas tierras les llevan a cometer un grave error y es preguntar a un guarda rural, Gregorio Romero Henares, guardia civil retirado, por el camino que lleva a Valencia, el día 31 de Agosto sobre la 9 de la mañana. Se dice que el guarda reconoció al Pernales o simplemente le extrañó ver a dos individuos con trajes que no eran de estas tierras y armados. Lo cierto es que inmediatamente se dirige hasta Villaverde y da parte al juez Miguel Serrano quien en unión del alcalde hace llamar al teniente Haro, jefe de línea del puesto de Alcaraz. Localizado cerca del pueblo, se efectúa un despliegue con las siguientes fuerzas:
- Segundo teniente, Juan Haro López
- Cabo, Calixto Villaescusa Hidalgo
- Guardia 1º, Lorenzo Redondo Morcillo
- Guardias 2º, Juan Codina Sosa y Andrés Segovia Cuartero
Las fuerzas se dividieron para cercar a estos individuos en el cortijo donde se encontraban comiendo. Se ha dicho que fue en el del Arroyo del Tejo, pero parece ser que en realidad fue en otro más alejado, llamado la Casica, un refugio de pastores.
Se comenta que los guardias iban acompañados de un asistente, un guía. En otros estudios aparece que eran algunos vecinos del pueblo, conocedores de la zona.
Tumba en el cementerio de Alcaraz

El informe de la autopsia dice que “el Pernales” recibió dos tiros en las ingles, lo que le provocó una fuerte hemorragia, como consecuencia de la rotura de la arteria femoral, así como el astillamento del fémur. “El Niño del Arahal”, por su parte, recibió un único disparo en el corazón, cuando intentaba huir, lo que le causó la muerte en el acto. También, dice la partida de defunción, que la muerte de ambos tuvo lugar entre las 2 y las 3 de la tarde, del mencionado día 31 de Agosto de 1907.

La tumba que contiene los restos de ambos bandoleros, se encuentra en el cementerio de Alcaraz, en su parte nordeste, entre dos bloques de nichos. Es curioso observar que siempre tiene flores frescas, silvestres. Se desconoce quién las pone. Existe una leyenda en Alcaraz que dice, que el espíritu de “el Pernales” sale de su tumba para robar a los ricos, para auxiliar a alguna persona que lo necesita. Y es por ello, que para evitar ser robados, las personas ricas suben al cementerio a depositar flores frescas en la tumba.
De los datos extraídos de la página web del Museo del bandolerismo de Ronda, habla de este hombre y dice que era de un carácter extremadamente violento, implacable y vengador, como lo atestiguan algunas acciones que se le atribuyen; como cuando asesinó de una forma cruel a “el Macareno”, encargado de un cortijo, que se comenta, envenenó con una paella, en la que echó arsénico y azufre, a “el Soniche”, tío de “el Pernales”, aunque otros le consideran su padre no reconocido. Fue este el que le inició en los pequeños robos y le aupó al bandolerismo. Él mismo sufrió los efectos del veneno durante varios días, pero su fuerte constitución le salvó de la muerte y una vez recuperado, asesinó al encargado del cortijo dejándole atado a un olivo y provocándole múltiples  y dolorosas heridas por las que se desangró.
Está constatado por algunos investigadores o estudiosos de este personaje, que en los asaltos a los cortijos violaba a las mujeres que allí vivían. Llegando, incluso, a violar a su propia esposa. Era tal su grado de violencia que en dos ocasiones llegó a marcar con unas monedas incandescentes a sus dos hijas porque no paraban de llorar y no le dejaban descansar. Su primer robo importante tiene lugar en un cortijo del término municipal de Cazalla de la Sierra, en 1905. El botín conseguido a la fuerza es de algo más de 12.000 pesetas, bastante dinero para la época. Pero no considerándolo suficiente, violaron de una forma brutal a la mujer del cortijero, los tres bandidos, mientras la amenazaban con degollar a su hijo de corta edad, si no accedía. Una vez que abandonaron el cortijo, a la noche, tuvieron un enfrentamiento con la Guardia Civil, escapando al galope en medio de un intercambio de disparos, siendo este hecho, también, su bautizo de fuego, al ser alcanzado por un disparo. Ayudado por sus dos compinches, llega hasta un cortijo, desde donde, “el Niño de la Gloria” va hasta Estepa y secuestra a un médico. Este lo cura y tras dos semanas de inactividad, regresa a sus fechorías, principalmente en toda la zona del valle del Genil.
Como todo bandolero, este, también, ha estado rodeado de un halo de romanticismo y populismo. Se decía que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Esto es una gran mentira, viniendo de quien viene. Ya hemos hablado lo suficiente sobre el carácter de este personaje. Egoísta en grado superlativo, dejó pasar auténticas calamidades a su mujer y sus hijas y también a su madre. Siendo familia de quien eran, fueron arrinconadas en su pueblo y prácticamente nadie les daba trabajo, vivían en la miseria y casi no tenían ni para comer. Nunca envió dinero a su familia para que, al menos, cubrieran sus necesidades básicas. Por tanto es de extrañar que diese dinero a desconocidos. Sí que se pueden explicar sus dádivas, en base a que fueran para comprar silencios y protegerse. De todas formas eran algunos cigarros o alguna moneda pequeña la que entregaba a las gentes con las que se tropezaba en los campos y en los caminos. De todas formas su fama de vengador que le precedía, era suficiente para que nadie le denunciase, llegando, incluso, el caso de dirigir a las fuerzas de la Guardia Civil en sentido contrario por las que había huido. Nunca olvidaba una traición.
Algunos autores quieren o pretenden dar cobertura a la forma de robo que este individuo había adoptado. Él no robaba, solo pedía dinero a quien podía dárselo. Tenía fijado un tope de petición, 1.000 pesetas, esa era la cantidad que siempre solicitaba. Intencionadamente se deja en un segundo plano la contrapartida de la petición. Si no me lo das, te mato, te incendio un cortijo, quemo la cosecha…
Concha Fernández Pino "Conchilla"

Tras muchas de sus correrías, “el Pernales” y su cuadrilla son detenidos por la Guardia Civil y conducidos esposados hasta el pueblo de la Campana. Durante la noche, misteriosamente, consiguen escapar. Tampoco se sabe a ciencia cierta que ocurrió. Solo que huyeron durante la noche a través de un boquete en la pared de la cárcel. ¿Quién les ayudó? ¿Cómo lo hicieron para no llamar la atención? No se sabe. Incluso se comenta que un cacique pudo haber sido el artífice, sobornando a los guardianes de la cárcel. Con ello se pagaba algún favor a este personaje.


Después de esta hazaña desaparece durante dos meses. Es la creencia que buscó refugio en un pueblo llamado El Rubio. Allí ha de conocer a una mujer llamada Concha Fernández Pino, o “Conchilla”, como el la llamaba, que con el tiempo se ha de convertir en su querida y con la cual tendrá una hija. Familia esta que le espera infructuosamente en Valencia para huir con él a ultramar. Pero como ya hemos comentado en el camino de “el Pernales” a Valencia y a su paso por la provincia de Albacete, cae muerto.
Es aquí el momento de comentar la vida amorosa de este hombre. Se casó con una vecina de Estepa, después de varios meses rondando su casa, el 25 de Diciembre de 1901 en la iglesia de Santa María de Estepa, según lo atestigua el certificado de matrimonio de esa iglesia en su libro 16, folio 260, número 5. De este matrimonio nacieron dos hijas, pero la brutalidad de su comportamiento hizo que su mujer le abandonara. Con una vida llena de vicios a sus espaldas, derrochando todo el dinero que robaba, en juergas y prostíbulos, se le conocieron varias amantes o queridas. Pero lo que llama poderosamente la atención es su relación con la última. “Conchilla” se enamora perdidamente de él, a sabiendas de quien es, un forajido buscado por la justicia. Se le ha descrito y algunas fotografías suyas existen, no era tampoco un apuesto mozalbete. Todo lo contrario, de escasa estatura, hombros anchos y de un carácter emocional difícil de tratar. Por el contrario la “Conchilla” es una moza de buen ver, instruida, sabía leer y escribir, cosa rara en esa época en una mujer,  más joven que él y por quien pierden los vientos varios jóvenes del pueblo, pero sus favores serían, incomprensiblemente para “el Pernales”.
Cadáveres del Pernales y del Niño de Aahal

Una vez llegados a este punto, es donde se hace necesario dejar claro, que tras más de un siglo de la muerte de este hombre, se le pueda estar dando pábulo a su vida y muerte. Me refiero a las informaciones aparecidas en varios medios de comunicación en los que se da cuenta de celebraciones y aniversarios de su muerte. Hasta la Excma. Diputación Provincial de Albacete, patrocina una revista, Zahora, y en su número 47, lo dedica íntegramente a este personaje.
Por otra parte un club excursionista, realiza todos los años un acto de homenaje, depositando un ramo de flores en el lugar donde supuestamente cayeron muertos estos bandidos, realizando una excursión. Se le hace un homenaje. ¿A cuento de qué?, si era un bandolero, asaltador de caminos, asesino, maltratador de mujeres y niños… sinceramente no entiendo el homenaje. Podría entenderlo si se celebrase su muerte, por el hecho de que hubiese desaparecido un enemigo público. Quiero pensar y con una sonrisa en los labios, creer,  que se trata de un día lúdico, una jornada de fiesta en el campo, pasar un rato entre amigos y con la familia, pero… la sonrisa se vuelve rictus y hasta la cara se sonroja, al entender que se hace una posible apología del bandolerismo.


Bibiliografía:

- Excma. Diputación Provincial de Albacete, revista Zahora.
- Página web Museo del Bandolerismo, Ronda.


sábado, 15 de noviembre de 2014

EL MIEDO DEL SEÑOR GARCÍA



¡Hola!, me llamo García, pero también me podría llamar Martínez, López, Sánchez… o, tal vez como tú. Tengo miedo, sí, mucho miedo de la España que estoy viviendo todos los días. Se me encoje el corazón cada vez que abro el periódico, enciendo la televisión, sintonizo una emisora de radio, me siento delante del ordenador y me conecto a internet. ¿Acaso este no es mi País? Pues yo no lo conozco. La podredumbre se ha instalado en nuestras vidas, ha venido para quedarse. ¿Algún día los medios de comunicación abrirán sus emisiones con alguna noticia alegre, positiva, llena de vida?
 
Tengo miedo y además, soy pesimista. Tenemos una casta, sí, casta, de políticos donde han ido a parar todos aquellos que dijeron venían a servir. Más veo que han venido a servirse de la política, a aprovecharse del cargo público, excelentemente remunerado y cuando no lo es, o ellos consideran que no es suficiente, se abre el cajón y se mete la mano en él. “Total el dinero público no es de nadie… pues para mí”. Estás equivocado “querido” político, el dinero público si tiene dueño; es mío, de este señor, de aquella señora o de esa viejecita… y además yo te he votado. Yo te he puesto en ese sillón oficial, en ese cochecito, también oficial, te he medito una tarjeta Visa en el bolsillo y así me lo agradeces. Quizás llegue el día en que todos nos juntemos y os demos una patada en el trasero, que es lo que os merecéis, todos, o casi todos. Dice uno de los padres de la Patria, el Sr. Posadas, que no hay tanta corrupción, que no hay que generalizar, que el pueblo es muy exagerado, total cuatro casos más para allá o para acá.  Pero, no, D. Jesús, no se engañe, esto es solo la punta del iceberg, hay mucho más sumergido, muchísimo más. Siento decirlo pero para mí, el 99% de los políticos, solo persiguen un único fin: el poder, el poder absoluto y con él todo lo demás, el dinero, la fama, apariencia, que les hagan la pelota, y el gorrazo cuando pasan.
 
Tengo miedo, mucho miedo y no veo la salida. Hasta hoy las elecciones servían para quitar a unos y poner a otros. Al final parecían diferentes, pero eran casi iguales. Unos tenían el corazón rojo y los otros lo tenían azul. Con el paso de esta incipiente democracia, a lo largo de los últimos 30 años, se ha llegado a formar un solo color, ¿cómo lo llamaríamos…? Si preguntáramos seguro que la mayoría nos contestaría que el violeta. El color violeta o morado, considerado por algunas religiones como el color de la penitencia, del sacrificio por las culpas engendradas. Pues eso es lo que estamos haciendo en este momento, purgando los errores cometidos de haber votado el bipartidismo tradicional, pero que al final nos ha llevado a una situación límite y sin salida.
 
Tengo miedo, porque mientras nos detenemos en esta estación de penitencia, purgando por el “y tú más”, unos listillos desaprensivos, nos han adelantado por la derecha, aunque ellos dicen ser de izquierdas y tal vez de muy izquierdas, próximos a una dictadura. Me refiero a ese seudo-partido político formado por la degeneración de una sociedad que ha cambiado en poquísimo tiempo y no ha sido capaz de asimilar el cambio y las nuevas costumbres. Una sociedad burguesa que ha perdido los principios de convivencia, lealtad, amistad, compañerismo… hasta, incluso, el amor al prójimo. Ese poso ha formado, como los lodos, una masa de un material indeterminado, que ni tan siquiera el mejor analista consigue diferenciar sus componentes. Personajes, que cuando quieras saber lo que es el odio, solo es necesario mirarlos a sus ojos. Ojos cargados de odio, que nos miran como perdonándonos la vida, ya se sienten por encima del común de los mortales.
 
Tengo miedo y mucho, pues con sus proclamas incendiarias y promesas imposibles de cumplir, están arrastrando tras ellos a un demasiado número de personas, cual flautista de Hamelin. Arrastran a personas de izquierdas, derechas, a los que no son ni de una cosa ni de otra, a los que no saben, ni contestan. El problema es que esta gente no está convencida de lo que vota y van a llevar a estos personajes a un parlamento, donde pueden, incluso, ser la llave de la gobernabilidad de España. Tengo miedo porque con sus votos piensan castigar a unos y a otros, o quizás, lo que sería más grave, hacerse el listillo votando a estos personajes, simplemente por hacer una graceja, chascarrillo de taberna cuando se lleva una copa de más.
 
Un llamamiento a estos votantes. Cuidado con vuestros votos, no os lo toméis a broma. Podéis provocar el principio de la mayor crisis política y social que haya visto este País. Utilizad esa llamada jornada de reflexión para pensar, un poco, que puede propiciar vuestro voto irreflexivo. Tal vez ya no exista el mañana y sea imposible regresar.
 
Dejadme, pues, que tenga miedo, porque hay motivo para ello.

viernes, 26 de septiembre de 2014

UNA DE PIRATAS


El asunto no es nuevo, viene desde hace siglos, cuando marineros amotinados se dedicaban a asaltar barcos en pleno océano, en aguas internacionales. Robaban la carga, para revenderla y secuestraban a las personas para obtener un rescate por ellas, o simplemente las vendían a los negreros, que eran las actuales mafias que trafican con personas. Afortunadamente esos piratas que hoy los reflejamos como aquellos barbaros, con pata de palo y un parche en el ojo, solo subsisten en los alejados mares de África, no utilizan espadas, sino fusiles de asalto y secuestran petroleros a cambio de importantes cantidades de dinero.

Los piratas modernos no viven en islas desiertas, ni navegan por el ancho mar. Habitan en casas en las ciudades y navegan por la red, por internet. No quieren barcos ni personas, solo buscan unas determinadas mercancías, todo aquello que sea susceptible de ser descargado por un ordenador, plácidamente instalado sobre una mesa en su habitación. Les encanta la música, las películas y en menor medida los libros, por aquello del esfuerzo de leer. Pero hay algunas otras cosas más, todo aquello que pueda viajar por un cable.

Es noticia, prácticamente, todos los días, pero en estos últimos ha cobrado un poco más de fuerza. En el Senado se está tramitando la llamada ley Lasalle, “Ley de la propiedad intelectual”, que toma su nombre de José Mª Lasalle, hasta hoy, Secretario de Estado de Cultura e impulsor de esta Ley. Como casi todas las leyes en España, no contentan a casi nadie, y sí, provocan todo tipo de manifestaciones y opiniones, como tal vez la mía. Esta vez y sin que sirva de precedente, los llamados de la “ceja”, los voceros del “no a la guerra”, aquellos que aprovechándose de que eran famosillos, intentaban sacar rédito de esas manifestaciones, para de alguna forma, conseguir un poquito más de fama. Fama que en algunos se vio mermada por meterse en charcos que no eran de su incumbencia, y no cito nombres por verme en algún lio, aunque el lector, que es muy avezado, sabe a quién o quienes me refiero. Decía que ahora sí pueden hablar y manifestarse, ahora si les compete, y veo lógica sus reuniones, manifestaciones y cosas análogas.

La ley, en mi modesta opinión no va a solucionar nada o casi nada. Los robos que a diario se producen por las descargas ilegales, solo se terminarán el día que en esta España, haya cultura, educación, respeto por el trabajo ajeno… El problema no es, como se ha querido decir, que los contenidos son caros, que lo son, la cuestión está en la educación, en saber que lo que no es tuyo no se toca y si lo quieres debes pagar por ello, diferente es la consideración de si es caro o barato. Precio que el pirata debería saber, es que incluye el costo de escribir un libro, componer una obra musical o realizar una película.  En muchas ocasiones muy elevado y que es preciso repercutir a cada libro, canción o video. Pero el “pirateo” va en la sangre de los españoles, no en vano somos de los que más “pirateamos” del mundo. Valga una anécdota; soy un modesto escritor, he publicado una sola novela, y se me ha dicho en mi cara, “a ver si me la puedo pillar”, antes que descargarla legalmente al simbólico precio de 0,89 €.

Que el lector saque sus propias conclusiones.

 


martes, 16 de septiembre de 2014

VIOLENCIA O TERRORISMO

He escrito, ya, algunos artículos sobre este espinoso asunto. En uno de ellos me refería a lo soez o poco ético que resulta hablar de estadísticas cuando hay tanto dolor por medio. En otro lo hacía refiriéndome a la definición de lo que se ha dado en llamar, “violencia de género” o “violencia doméstica”, alguno llega más lejos y lo denomina “violencia machista”.
Ninguna de las tres acepciones me gusta, no solo, ya, por quienes las propusieron, si no por lo que pretendían, que era, dulcificar la tragedia y el dolor.
Yo soy de las personas que le gusta llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino. Pues bien, yo a partir de hoy a llamar a estos asesinos y asesinas, porque también las hay, “terroristas”, Sí, terroristas. Alguien dirá que exageración, pero… ¿qué significa terrorista? La definición del diccionario dice: “persona que ejecuta actos de violencia para infundir terror” y a su vez, terror, “miedo muy fuerte”, por tanto, habrá que definirlo como, “persona que provoca mucho miedo”, independientemente del resultado final de la acción. Son personas que durante mes y años provocan en la victima un profundo terror, que por desgracia, en muchos casos termina en la muerte.
Entonces estas personas que matan a mujeres y hombres, ¿qué son?, para mí terroristas. Pero no solo por esa definición del diccionario, si no porque en este preciso momento de escribir este artículo, hay muchas personas que están bajo un régimen de terror en sus propias casas. Soportando humillaciones continuas, vejaciones constantes, esperando aterrorizadas la llegada del maltratador y tal vez al final, su asesino.
Comentaba al principio del artículo, que las estadísticas no se deberían utilizar para hablar de esto, pues resultan frías y a veces hasta de mal gusto, en ocasiones para justificar lo bien o lo mal que va el asunto. Este año van asesinadas…. Lo que representa un descenso o un aumento de… Pero necesito apoyarme en estas estadísticas para justificar mi exposición. He consultado en internet sobre las estadísticas del terrorismo en España. País que ha sido maltratado, como pocos, por esta lacra, al menos los países de occidente, o los llamados civilizados. Hemos sufrido el zarpazo brutal y cruel, durante años, de los terroristas de ETA, GRAPO, ISLAMISTAS… Desde el año 1968 que fue asesinado un guardia civil, el primero en caer, hasta hoy, incluido la, masacre de los trenes de Atocha, ha sido 1.222 víctimas mortales. Espantoso, sinceramente. Si ahora tomamos las estadísticas de los terroristas domésticos, y partiendo del año 1.999, que es cuando empieza la serie histórica, ha habido hasta el 5 de Agosto de 2014, última cifra oficial, la escalofriante de 977 personas, la mayoría mujeres. Proporcionalmente estos últimos 16 años de cifras oficiales, han producido muchos más asesinatos, que el sí, llamado terrorismo político. Han sido 47 años de terrorismo reconocido y casi se igualan las cifras, con el agravante de que el terrorismo doméstico sigue creciendo, semana a semana y mes a mes.
Puestos a hacer comparaciones, solo en el año 1979 hubieron 76 muertos por terrorismo político, los mismo que en el año 2008 con el terrorismo doméstico, con la salvedad que en el político, a veces, eran asesinatos múltiples o colectivos, y en el otro son individuales.
Creo, pues, sobrado, dar este calificativo a estos asesinos: TERRORISTAS DOMESTICOS.

jueves, 28 de agosto de 2014

NUEVA COLABORACION



 




28 agosto 2014









 


 


 


 


 

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Miguel Garvi Sánchez

Otromundoesposible

28 de agosto de 2014

 


Miguel Garvi Sánchez

Otromundoesposible

28 de agosto de 2014

Yo fui la última

Un grito rasgó la noche que hacía rato había caído sobre este barrio donde nunca ocurría nada, ni malo, ni bueno.

 De repente me vi sola en medio de la calle, llena de farolas y luz en casi todas las ventanas. Maldije la hora en que no quise que nadie me acompañase a casa. Hasta me enfadé con alguno de ellos ante su insistencia. ¿Por qué me iba a pasar a mí?

Dudé, no sabía qué hacer, pero tenía que hacer algo ya. Instintivamente comencé a correr, pero no lo suficiente. ¡Malditos zapatos de tacón! Sin pensarlo y con un gesto brusco de las piernas los arrojé sobre la acera. Ahora corría más de prisa. Pronto las medias se rompieron y notaba como me quemaban las plantas de los pies con el asfalto. Nada de esto tendría importancia si conseguía salir de aquella calle interminable. Corría más, más de prisa, el bolso también me estorbaba y lo dejé caer en el suelo. Nunca me había gustado el deporte y jamás lo había practicado, ahora hubiese sido una buena solución. El costado comenzaba a dolerme y los pulmones no insuflaban suficiente oxígeno a la sangre. No podía más, en cualquier momento me alcanzaría.

Tenía que luchar, no podía ni debía consentirlo. Grité de angustia, de pánico, intentando llamar la atención de alguien que me socorriese. Nadie se asomó a ninguna ventana. Ya mis piernas no respondían. Comenzaban a acalambrarse y mis oídos percibieron su presencia a escasos metros. Un segundo después mi cuerpo chocaba contra el duro asfalto y resbalaba sobre él. Noté el escozor de la quemazón sobre mis muslos y mis pechos, la ropa había quedado pegada al asfalto hecha girones. Sin darme tiempo a reaccionar un enorme peso cayó sobre mi cuerpo. Conseguí girarme en el mismo instante que tenía su cara frente a la mía. Una cara abotagada y unos ojos llenos de ira. El brazo alzado y con su mano empuñando aquel cuchillo de cocina que yo le regalé cuando quiso aprender a cocinar. ¿Por qué me haces esto? -Ya te dije que serías mía o de nadie más-.

Con fuerza descargo el cuchillo sobre mi pecho. Un intenso dolor frio desgarró mis entrañas, al tiempo que un sabor dulzón llenó mi boca de sangre. Intenté quitármelo de encima, pero ya con las pocas fuerzas que tenía, lo único que conseguí fue que se clavara más hondo el cuchillo e hiciese más grande la herida. Mis ojos se fueron cubriendo de nubes y la oscuridad se fue apoderando de la calle. Al final una diminuta luz blanca se distinguía sobre el oscuro e inmenso cielo.

¡Ojalá yo sea la última! Fueron mis postreras palabras.