> Miguel Garví, escritor: mayo 2018

jueves, 10 de mayo de 2018

UN PROYECTO SOLIDARIO

Mis queridos amigos y lectores; quiero daros las gracias por haber, prácticamente, agotado la segunda edición de mi libro Chinchilla y su penal. Gracias a todos los que lo habéis comprado y también a todos aquellos que estáis utilizando el servicio de préstamo de la red de bibliotecas municipales de Albacete, hay suficientes ejemplares para que no tengáis que esperar.

Una vez comentado esto, cerramos el proyecto de este libro que tantas satisfacciones me ha dado y comenzamos un nuevo proyecto.
Como menciono en el título de esta entrada, Proyecto solidario, es un asunto al que llevo dedicando tiempo para sacarlo adelante. Aunque no está excesivamente avanzado, sí, estoy en disposición de adelantar algún detalle. El objeto, y no es lo más importante, es la publicación de mi novela, Tranvía 71, el viaje final. Una obra de corte existencialista que escribí hace un par de años.
Si yo os preguntase en este momento, ¿Para qué sirve la vista? Sin duda todos contestaríais, pues para ver, ¡vaya tontería! Y si pregunto ¿Sirve para algo más? Seguro que muchos contestaríais que si.  Pero para aquellos que como en las encuestas dicen "no sabe, no contesta" os diré que los humanos tenemos cinco sentidos: el olfato, el oído, el gusto, el tacto y la vista. Cuando una persona pierde el olfato, es un fastidio no poder detectar los olores, incluso los peligrosos. Si perdemos el oído, estamos limitados, pero podemos hacer una vida casi normal. Sin gusto no podemos saborear la comida, y nos entorpecerá un poco la vida. Si no tenemos tacto, estaremos un poco impedidos, también podremos tener una existencia llevadera. Pero, ¡ay! si perdemos la vista. Como nos cambia la vida. Está claro que podemos seguir viviendo siendo ciegos, pero es muy limitante. Además la vista puede suplir en parte a otros sentidos, como por ejemplo el oído, vemos el lenguaje de signos. Se puede suplir el tacto, viendo objetos puntiagudos, cortantes. Hasta incluso el gusto, si antes lo tuvimos, vemos las cosas y sabemos como era su sabor.
También me diréis que a la vista le pueden ayudar otros sentidos, y es cierto, pero como decía antes y, al menos, a mi me lo parece, es muy limitante y tremendamente fustrante no poder ver.

Pues este es el proyecto solidario en el que quiero colaborar en la medida de mis posibilidades, a que las personas no pierdan la vista, e incluso, alguna la recupere.

Ya no os canso más. Conforme el proyecto avance, os iré contando más cosas.


viernes, 4 de mayo de 2018

PEÑASCOSA (COMO UN SUEÑO)

Ayer fue uno de esos días para recordar y sentirse feliz. Mi amigo y compañero de fatigas en la escritura, Ramón Segura, me regaló su último libro, con su correspondiente y entrañable dedicatoria, Peñascosa (como un sueño).
Se trata de un poemario y 14 relatos cortos, casi todos ambientados en su pueblo, que como ya habréis adivinado se trata de Peñascosa, un pueblecito enclavado en la sierra de Albacete y que merece la pena visitar.
Abre el libro a modo de proemio, Celso Peyroux, con un escrito titulado "Corona de la sierra", y le sigue un poema titulado "Peñascosa" Unos versos llenos de ternura, sencillez y excelente lectura, como el resto de los poemas que se incluyen en el libro.


Es cierto que Ramón es un buen amigo, pero quiero recomendar la lectura tranquila y pausada de esta obra. Estoy seguro que os gustará. El libro, además, tiene una magnífica presentación por parte de la editorial UNO EDITORIAL y la foto de portada, que os dejo, una puesta de sol de una calle de Peñascosa con la plaza  y la torre de la iglesia al fondo.