EL FINAL DEL MITO DE UN
BANDOLERO
Francisco Rios "El pernales" |
Francisco Ríos González, alias “El
Pernales”, nacido en Estepa (Sevilla), el día 23 de Julio de 1875. Careció de
formación escolar, era pues analfabeto, como la mayoría de la población de
aquella época y sobre todo en la Andalucía más profunda. Desde muy niño se
dedicó a trabajar para contribuir al sostenimiento de la precaria economía
familiar. Su padre era un ladrón de ocasión, es decir aquel que roba
cuanto puede y en pequeñas cantidades, para salir del paso, por pura
subsistencia.
En una de sus fechorías es descubierto en el momento del robo por la
Guardia Civil y no se sabe muy bien porqué recibe un culatazo del fusil del
sargento Padilla del puesto de Puente Genil, herida que le procura la muerte
días más tarde. Siendo aún un niño, el Pernales, jura venganza contra este
hombre por la muerte de su padre. A lo largo de su vida intentará varias veces
acabar con la vida de este guardia civil, pero no lo conseguirá por diversos
motivos. Dice la leyenda, que esto, le llevó a echarse al monte como bandolero.
También se justifica que fue por venirle de cuna y como, de Estepa habían
salido conocidos bandoleros. Otra tropelía de la imaginación popular, no porque
hubiese habido famosos bandoleros, la población de Estepa fuese proclive a la
delincuencia. Algunos investigadores quieren justificar el hecho sobre la base
del apoyo que dio el bandolerismo a la Guerra de la Independencia y a cuyo
final, la mayoría de ellos no quisieron o no supieron volver a la sociedad
civil y a una vida normal en sus pueblos.
El apodo de “el
Pernales” le viene de una degeneración, de cómo era conocido en un principio,
“el Pedernales” por la acepción pedernal, piedra dura. Parece ser que era más
fácil pronunciar “pernales” que “pedernales”. Aunque de esto no hay nada
escrito, ni se supuso cierto en su totalidad. Se le consideró, desde siempre,
una persona extremadamente dura y despiadada. Es conocida, de sobra, su fama de
maltratador de su esposa y de sus hijos, así como más tarde de las amantes o
queridas que tuvo.
Antonio Mata Sánchez "El reverte" |
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Comenzó su vida de delincuencia en unión de Antonio López Martín, alias el
“Niño de la Gloría” y de Juan Muñoz, “el Canuto” a los que más tarde se uniría
Antonio Sánchez “el Reverte”.
Se casó en 1901 con
María de las Nieves Caballero, con la que tuvo dos hijas. Pero su vida lejos de
reconducirla a la normalidad familiar, lo lleva a una vida fácil, las tabernas,
prostíbulos o mancebías y continuas juergas, lo que le conducen, de nuevo, a la
sierra y dedicarse a asaltar cortijos y diligencias en los caminos. Persona de
carácter agresivo, le obligan a su mujer y sus hijas a abandonarle. Buscó
entonces refugio en una amante, con la que tuvo un nuevo vástago, otra niña,
con las que intentó huir a América, lugar de destino de la mayoría de los
bandidos españoles de esa época, si es que no caían abatidos antes, pero no lo
puedo conseguir. Intentando alejarse de Andalucía, donde estaba siendo
acorralado por la Guardia Civil, se dirigió a la provincia de Albacete y en
límite de ésta con la de Jaén, en la localidad de Villaverde de Guadalimar, en
un paraje conocido como Arroyo del Tejo. Allí tuvo un nuevo enfrentamiento con
la Guardia Civil de Alcaraz y a la que hacía frente el teniente Haro. Murió el
31 de Agosto de 1907, junto con otro famoso bandolero apodado “el Niño del
Arahal”, el último ya de su cuadrilla, los demás habían sido abatidos poco a
poco por la Guardia Civil o estaban presos. Sus cuerpos fueron llevados hasta
la localidad de Bienservida y posteriormente en un carro hasta Alcaraz, cabeza
de partido y sede del juzgado comarcal. Fueron expuestos al público en los
soportales de la lonja del antiguo convento de Santo Domingo, en ese momento
cárcel del partido, en la plaza mayor de esta localidad. Existen varias
fotografías de los cuerpos así expuestos. Fueron enterrados en el cementerio de
Alcaraz y cubiertos con una lápida con la siguiente inscripción:
“Francisco Ríos Gonzáles, el Pernales, a los 28 años. Antonio Jiménez
Rodríguez, el Niño del Arahal a los 26 años, fallecidos el 31 VIII 1907”.
A raíz de su muerte, y
dado que algunos testigos, llamados al efecto para identificarlos, dudan sobre
si es o no “el Pernales”, algo que intentó en vano el Ministro de la
Gobernación, dando orden expresa de que fueran embalsamados o conservados en
hielo, hasta la llegada de algunos testigos desde Andalucía. Se crea un falso
mito popular, de que no es “el Pernales” el que ha muerto y que lo relaciona
con el más exquisito bandolerismo, que decía que robaba a los ricos para
dárselo a los pobres. Hechos, estos, constatados que no eran ciertos. Fue un
personaje extremadamente duro y egoísta, lejos del mito que se le atribuye.
A su fallecimiento y
según consta en parte del atestado de la Guardia Civil, que se remite al
Ministro de la Gobernación, D. Juan De la Cierva, se detallan las siguientes
pertenencia que les fueron intervenidas:
- Un mulo castaño.
- Una escopeta de dos
cañones.
- Un revolver marca
Smith de 6 tiros.
- Un anteojo.
- Un reloj de bolsillo.
- Una cartera de
bolsillo con 3 billetes de 100 pesetas.
- Una pluma de escribir.
- Dos cartas, una de ellas dirigida a su madre, dándole cuenta de que
piensa salir del país para dirigirse a Sudamérica, y que tiene una nueva hija.
A Antonio Jiménez
Rodríguez, “el Niño del Arahal”:
- Una yegua
-Un revolver marca Smith
- Una navaja de Albacete
de grandes dimensiones.
- Una cartera de
bolsillo con 4 billetes de pesetas.
Entre los dos disponían
de 700 pesetas, una cantidad importante de dinero para aquella época.
El hecho de que este
personaje muera en la provincia de Albacete, fue una circunstancia excepcional.
Parece ser que venía huyendo desde Andalucía y se dirigía a Valencia para
encontrarse con su amante, Concha Fernández Pina, “Conchilla”, natural de un
pueblo llamado El Rubio. Una vez se hubiesen reunido, juntamente, con la hijas
de ambos, iban a partir hacia América.
El desconocimiento de
estas tierras les llevan a cometer un grave error y es preguntar a un guarda
rural, Gregorio Romero Henares, guardia civil retirado, por el camino que lleva
a Valencia, el día 31 de Agosto sobre la 9 de la mañana. Se dice que el guarda
reconoció al Pernales o simplemente le extrañó ver a dos individuos con trajes
que no eran de estas tierras y armados. Lo cierto es que inmediatamente se
dirige hasta Villaverde y da parte al juez Miguel Serrano quien en unión del
alcalde hace llamar al teniente Haro, jefe de línea del puesto de Alcaraz.
Localizado cerca del pueblo, se efectúa un despliegue con las siguientes
fuerzas:
- Segundo teniente, Juan
Haro López
- Cabo, Calixto
Villaescusa Hidalgo
- Guardia 1º, Lorenzo
Redondo Morcillo
- Guardias 2º, Juan
Codina Sosa y Andrés Segovia Cuartero
Las fuerzas se
dividieron para cercar a estos individuos en el cortijo donde se encontraban
comiendo. Se ha dicho que fue en el del Arroyo del Tejo, pero parece ser que en
realidad fue en otro más alejado, llamado la Casica, un refugio de pastores.
Se comenta que los
guardias iban acompañados de un asistente, un guía. En otros estudios aparece
que eran algunos vecinos del pueblo, conocedores de la zona.
El informe de la autopsia dice que “el Pernales” recibió dos tiros en las
ingles, lo que le provocó una fuerte hemorragia, como consecuencia de la rotura
de la arteria femoral, así como el astillamento del fémur. “El Niño del
Arahal”, por su parte, recibió un único disparo en el corazón, cuando intentaba
huir, lo que le causó la muerte en el acto. También, dice la partida de
defunción, que la muerte de ambos tuvo lugar entre las 2 y las 3 de la tarde,
del mencionado día 31 de Agosto de 1907.
La tumba que contiene los restos de ambos bandoleros, se encuentra en el cementerio de Alcaraz, en su parte nordeste, entre dos bloques de nichos. Es curioso observar que siempre tiene flores frescas, silvestres. Se desconoce quién las pone. Existe una leyenda en Alcaraz que dice, que el espíritu de “el Pernales” sale de su tumba para robar a los ricos, para auxiliar a alguna persona que lo necesita. Y es por ello, que para evitar ser robados, las personas ricas suben al cementerio a depositar flores frescas en la tumba.
De los datos extraídos
de la página web del Museo del bandolerismo de Ronda, habla de este hombre y
dice que era de un carácter extremadamente violento, implacable y vengador,
como lo atestiguan algunas acciones que se le atribuyen; como cuando asesinó de
una forma cruel a “el Macareno”, encargado de un cortijo, que se comenta,
envenenó con una paella, en la que echó arsénico y azufre, a “el Soniche”, tío
de “el Pernales”, aunque otros le consideran su padre no reconocido. Fue este
el que le inició en los pequeños robos y le aupó al bandolerismo. Él mismo
sufrió los efectos del veneno durante varios días, pero su fuerte constitución
le salvó de la muerte y una vez recuperado, asesinó al encargado del cortijo
dejándole atado a un olivo y provocándole múltiples y dolorosas
heridas por las que se desangró.
Está constatado por
algunos investigadores o estudiosos de este personaje, que en los asaltos a los
cortijos violaba a las mujeres que allí vivían. Llegando, incluso, a violar a
su propia esposa. Era tal su grado de violencia que en dos ocasiones llegó a
marcar con unas monedas incandescentes a sus dos hijas porque no paraban de
llorar y no le dejaban descansar. Su primer robo importante tiene lugar en un
cortijo del término municipal de Cazalla de la Sierra, en 1905. El botín
conseguido a la fuerza es de algo más de 12.000 pesetas, bastante dinero para
la época. Pero no considerándolo suficiente, violaron de una forma brutal a la
mujer del cortijero, los tres bandidos, mientras la amenazaban con degollar a su
hijo de corta edad, si no accedía. Una vez que abandonaron el cortijo, a la
noche, tuvieron un enfrentamiento con la Guardia Civil, escapando al galope en
medio de un intercambio de disparos, siendo este hecho, también, su bautizo de
fuego, al ser alcanzado por un disparo. Ayudado por sus dos compinches, llega
hasta un cortijo, desde donde, “el Niño de la Gloria” va hasta Estepa y
secuestra a un médico. Este lo cura y tras dos semanas de inactividad, regresa
a sus fechorías, principalmente en toda la zona del valle del Genil.
Como todo bandolero,
este, también, ha estado rodeado de un halo de romanticismo y populismo. Se
decía que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Esto es una gran
mentira, viniendo de quien viene. Ya hemos hablado lo suficiente sobre el
carácter de este personaje. Egoísta en grado superlativo, dejó pasar auténticas
calamidades a su mujer y sus hijas y también a su madre. Siendo familia de
quien eran, fueron arrinconadas en su pueblo y prácticamente nadie les daba
trabajo, vivían en la miseria y casi no tenían ni para comer. Nunca envió
dinero a su familia para que, al menos, cubrieran sus necesidades básicas. Por
tanto es de extrañar que diese dinero a desconocidos. Sí que se pueden explicar
sus dádivas, en base a que fueran para comprar silencios y protegerse. De todas
formas eran algunos cigarros o alguna moneda pequeña la que entregaba a las
gentes con las que se tropezaba en los campos y en los caminos. De todas formas
su fama de vengador que le precedía, era suficiente para que nadie le denunciase,
llegando, incluso, el caso de dirigir a las fuerzas de la Guardia Civil en
sentido contrario por las que había huido. Nunca olvidaba una traición.
Algunos autores quieren
o pretenden dar cobertura a la forma de robo que este individuo había adoptado.
Él no robaba, solo pedía dinero a quien podía dárselo. Tenía fijado un tope de
petición, 1.000 pesetas, esa era la cantidad que siempre solicitaba.
Intencionadamente se deja en un segundo plano la contrapartida de la petición.
Si no me lo das, te mato, te incendio un cortijo, quemo la cosecha…
Tras muchas de sus correrías, “el Pernales” y su cuadrilla son detenidos
por la Guardia Civil y conducidos esposados hasta el pueblo de la Campana.
Durante la noche, misteriosamente, consiguen escapar. Tampoco se sabe a ciencia
cierta que ocurrió. Solo que huyeron durante la noche a través de un boquete en
la pared de la cárcel. ¿Quién les ayudó? ¿Cómo lo hicieron para no llamar la
atención? No se sabe. Incluso se comenta que un cacique pudo haber sido el
artífice, sobornando a los guardianes de la cárcel. Con ello se pagaba algún
favor a este personaje.
Después de esta hazaña
desaparece durante dos meses. Es la creencia que buscó refugio en un pueblo
llamado El Rubio. Allí ha de conocer a una mujer llamada Concha Fernández Pino,
o “Conchilla”, como el la llamaba, que con el tiempo se ha de convertir en su
querida y con la cual tendrá una hija. Familia esta que le espera
infructuosamente en Valencia para huir con él a ultramar. Pero como ya hemos
comentado en el camino de “el Pernales” a Valencia y a su paso por la provincia
de Albacete, cae muerto.
Es aquí el momento de
comentar la vida amorosa de este hombre. Se casó con una vecina de Estepa,
después de varios meses rondando su casa, el 25 de Diciembre de 1901 en la
iglesia de Santa María de Estepa, según lo atestigua el certificado de
matrimonio de esa iglesia en su libro 16, folio 260, número 5. De este
matrimonio nacieron dos hijas, pero la brutalidad de su comportamiento hizo que
su mujer le abandonara. Con una vida llena de vicios a sus espaldas, derrochando
todo el dinero que robaba, en juergas y prostíbulos, se le conocieron varias
amantes o queridas. Pero lo que llama poderosamente la atención es su relación
con la última. “Conchilla” se enamora perdidamente de él, a sabiendas de quien
es, un forajido buscado por la justicia. Se le ha descrito y algunas
fotografías suyas existen, no era tampoco un apuesto mozalbete. Todo lo
contrario, de escasa estatura, hombros anchos y de un carácter emocional
difícil de tratar. Por el contrario la “Conchilla” es una moza de buen ver,
instruida, sabía leer y escribir, cosa rara en esa época en una mujer, más
joven que él y por quien pierden los vientos varios jóvenes del pueblo, pero
sus favores serían, incomprensiblemente para “el Pernales”.
Una vez llegados a este punto, es donde se hace necesario dejar claro, que tras
más de un siglo de la muerte de este hombre, se le pueda estar dando pábulo a
su vida y muerte. Me refiero a las informaciones aparecidas en varios medios de
comunicación en los que se da cuenta de celebraciones y aniversarios de su
muerte. Hasta la Excma. Diputación Provincial de Albacete, patrocina una
revista, Zahora, y en su número 47, lo dedica íntegramente a este personaje.
Por otra parte un club excursionista, realiza todos los años un acto de
homenaje, depositando un ramo de flores en el lugar donde supuestamente cayeron
muertos estos bandidos, realizando una excursión. Se le hace un homenaje. ¿A
cuento de qué?, si era un bandolero, asaltador de caminos, asesino, maltratador
de mujeres y niños… sinceramente no entiendo el homenaje. Podría entenderlo si
se celebrase su muerte, por el hecho de que hubiese desaparecido un enemigo
público. Quiero pensar y con una sonrisa en los labios, creer, que
se trata de un día lúdico, una jornada de fiesta en el campo, pasar un rato
entre amigos y con la familia, pero… la sonrisa se vuelve rictus y hasta la
cara se sonroja, al entender que se hace una posible apología del bandolerismo.
Bibiliografía:
- Excma. Diputación Provincial de Albacete, revista Zahora.
- Página web Museo del
Bandolerismo, Ronda.
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