Ayer murió un policía. Hoy
ha sido enterrado con honores y sobre su féretro, cubierto con la bandera de
España, la Cruz de oro de la Policía.
Ayer Francisco Javier Ortega
estaba vivo. Era un joven de 28 años, con toda una vida por delante. Hoy un inmigrante,
me imagino ilegal, está vivo en la cama de un hospital español. Su nombre Ali
Raba Yode, de Marfil, 27 años, también un chaval, pero ya con 9 detenciones
policiales en España. Llevaba residiendo aquí desde hacía 4 años, una detención
cada cinco o seis meses, que se sepa, por tanto un delincuente reincidente.
¿Por qué estaba en la calle? ¿Por qué no estaba en la cárcel o deportado a su
país? De no haber estado en la estación de Embajadores, hoy un policía estaría
vivo y Francisco Javier seguiría escribiendo su vida. Pero allá cada cual con
su conciencia.
Ayer estaba agobiado y
triste, pero hoy estoy indignado. Indignado con Bruselas. ¿Saben quién es
Cecilia Malmström? Nada más y nada menos que la comisaria de interior de la UE.
Hace apenas dos meses hacía las siguientes declaraciones “He avisado al Gobierno Español de que no puede usar la fuerza para
impedir a los inmigrantes irregulares cruzar las fronteras de Ceuta y Melilla”.
No conforme con esto sigue: “No vacilaré en actuar si detecto incumplimientos
de la legislación de la EU. Las medidas de vigilancia de las fronteras deben
ser proporcionadas y solo se puede utilizar la fuerza en caso necesario y en la
medida que lo exija el desempeño de las funciones de los agentes, con vistas a
proteger su seguridad y sus vidas, no debe recurrirse a la fuerza para disuadir
del cruce de fronteras no autorizado”.
No contentos con esa
andanada a la línea de flotación, sigue la verborrea fácil de la UE. Le toca el
turno a Nils Muiznieks, a la sazón comisario de Derechos Humanos: “Es necesario abrir una investigación para
establecer responsabilidades por la violencia que ejercen los miembros de la
Guardia Civil contra los inmigrantes”.
Hay alguna flor más como
estas, llegadas de Europa. Pero como España también es Europa, existen
personajes ávidos de notoriedad que les llevan a decir barbaridades como esta,
en la cuenta de twitter @PodemosAnchuelo “Los
medios fascistas criminalizan al pobre magrebí de Atocha. Necesita ayuda y no
condena. El neoliberalismo y el racismo es el terrorismo”, no satisfechos
con ello añaden “Lamentamos lo del
policía de Atocha, es otra consecuencia de la brutal represión policial hacia
la inmigración subsahariana. Nadie es ilegal”
Ante la avalancha de
críticas que pronto surgen, la dirección de Podemos, encabeza por un tal Íñigo
Errejón, trata por todos los medios de desvincularse de lo que opinan sus
compañeros del pueblo madrileño de Anchuelos. Pero ya es tarde y el daño está
hecho, sobre todo porque lo que se escribe, escrito está y quedará para la
posterioridad.
Sobran comentarios. Que cada
cual asuma su responsabilidad y sobre todo intente dormir tranquilo. Yo desde
luego no podría, pero claro… yo no soy político.
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