Escritora madrileña nacida en 1971. Licenciada en Filología inglesa
por la Universidad Complutense de Madrid. En 2013 publica un libro de relatos
titulado Sombras.
Su primera novela, y
quizás por la que es más conocida, es Relojes muertos. En la presentación
no pudo estar mejor acompañada; Lorenzo Silva, como maestro de ceremonias, y el
gran Juan Manuel de Prada.
En la actualidad está
escribiendo la que será su segunda novela.
Nos ha hecho un hueco
en su agenda para estar un ratito con nosotros y con todos sus lectores y
seguidores.
¿Dónde vas a buscar tus
historias, donde te inspiras?
No recuerdo dónde leí que los temas, las historias
eligen al autor, y no al contrario. Mis relatos suelen partir de una idea, que suele ser pequeña
y va creciendo a medida que la voy trabajando. En Relojes muertos,
Gonzalo, el personaje principal, nace de una mezcla de ficción, personas que
conozco, y rasgos de personalidad de enfermos mentales.
Para crear personajes
verosímiles, tuve que documentarme sobre las enfermedades mentales, en especial
la esquizofrenia. Me fueron de gran ayuda ensayos como Sobre la locura
de Fernando Colina o Genio artístico y locura. Strindberg y Van Gogh de
Karl Jaspers, donde su autor desarrolla un estudio comparativo de las
trayectorias vitales y artísticas de Strindberg, Swedenborg, Hölderlin y Van
Gogh, incluyendo una indagación estricta sobre las relaciones entre locura y
creatividad artística. Sin embargo, fueron los libros de ficción que abordaban
este tema los que más me influyeron. Grandes novelas como El atestado de
J.M.G. Le Clézio, Mi alma en China de Anna Kavan, Huida a las
tinieblas de Arthur Schnitzler, Sophia de Colin Thubron, Delirio
de David Grossman, Inferno de August Strindberg, Alguien voló sobre el
nido del cuco de Ken Kesey, Delirio de Laura Restrepo, y Tierra
de David Vann.
Estas y otras lecturas me acercaron al problema
subrayándome aspectos de su psique comunes en estos enfermos: sus alucinaciones
(sobre todo auditivas), el desdoblamiento que pueden llegar a sufrir, su
relación directa con un ser superior, que suele ser Dios, llegando incluso a
sentir a ese ser superior dentro de ellos («Una especie de religión se ha
creado en mi interior», nos cuenta el narrador protagonista de Inferno de
Strindberg). Alteraciones en la percepción: objetos que se trasforman y les
hablan, «una farola canta» en Inferno; «el blanco, al moverse, se
animaliza. El negro se negrifica» percibe Adam, el personaje principal de El
atestado de Le Clézio, el cual también escucha «el murmullo de una
caída vecina de motas de polvo, en alguna parte debajo de un mueble.» Se creen
víctimas viviendo un destino prefijado; carteles, señales, anuncios o sueños
predicen su destino. Reciben malos o buenos augurios. A veces se sienten dirigidos
por otra persona. El loco, al igual que el alcohólico, tiene momentos de una
afinada cordura, pero también sufre embotamiento. Manía persecutoria, vértigo,
mareos, angustia, insomnio, obsesiones, miedos, premoniciones, ansiedad, ira,
tendencia a discutir, violencia y desinhibición (se impone el inconsciente,
rompiéndose el encorsetamiento civilizatorio) suelen formar parte de su vida.
El psiquiatra y ensayista Fernando Colina en su libro Sobre la locura
nos explica:
«En su polo
esquizofrénico, en cambio, es el temor al contacto con el otro, vivido como invasor
y maléfico, lo que le arrastra a la soledad pasiva y al desinterés por el
mundo. Pero también el esquizofrénico puede reaccionar en sentido contrario,
cuando a veces se agita y se disocia en una vertiginosa movilidad que no
encuentra motivación.»
¿Cómo y dónde se deben
de leer tus libros?
Lo importante, para mí, es que lean lo que escribo. El cómo y el dónde
depende mucho de los gustos, del hábito lector y el tiempo que cada uno quiera
dedicar a la lectura. No creo que el autor pueda ni deba inmiscuirse.
Cubierta de Relojes muertos |
¿Tus historias tienen
un trasfondo social? O por el contrario ¿Te gusta crear el fondo de la
historia?
Me interesa
escribir sobre el sufrimiento humano, por lo que mis historias tienen un trasfondo
social inevitable. También me gusta crear el fondo de la historia.
Tus personajes cobran vida. ¿Te llegan a influir, de alguna manera, en
tu vida personal?
Me causó cierto desasosiego escribir algunas escenas de Relojes muertos,
sobre todo los últimos capítulos donde el delirio de Gonzalo es cada vez
mayor. Creo que es algo inevitable. Además, suelo tomarles cariño.
Y después del último
libro, ¿qué proyectos hay?
Estoy escribiendo una novela sobre el alcoholismo. Intento adentrarme
en la mente de un alcohólico, hacerme las preguntas desde dentro del personaje, y
contestarlas, o intentar hacerlo, dejando puertas abiertas para que el lector
libremente las cruce.
¿Qué novela de las que
hay escritas te hubiese gustado escribir y por qué?
Hay muchas novelas que me hubiese gustado escribir. Don Quijote de
la Mancha de Miguel de Cervantes, El castillo de Frank Kafka, En
busca del tiempo perdido de Marcel Proust, El
maestro y Margarita de Mijaíl Bulgákov, Rayuela de Julio Cortázar. La
náusea de Jean-Paul Sartre. Y cualquier novela de Albert Camus, L.N.
Tolstói, F. Dostoyevski, William Faulkner, Virginia Woolf, Clarice Lispector,
Sandor Márai…
Pero si tengo que
elegir solo una, sin lugar a dudas sería Don
Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes,
un tratado de la vida humana, un libro intemporal en el que está todo. Además
de las múltiples historias que encierra esta novela, la relación entre
caballero y escudero —cómo uno influye en el otro, cómo van forjando su amistad
a pesar de sus diferencias y su egoísmo— me parece sublime. Dos personajes,
para mí, entrañables.
¿Cómo escritora, cómo ves el panorama
literario español?
Lo veo en blanco y negro. Negro, en cuanto a las pocas oportunidades
que se dan a los escritores noveles y a la excesiva publicación de libros de
escaso valor literario. Blanco, cuando leo a Antonio Muñoz Molina, Ignacio Martínez Pisón o Juan Marsé, porque su escritura me devuelve a la
literatura con mayúsculas.
Cubierta de Sombras |
Y para terminar esta
primera fase: una recomendación a los lectores, que seguro leerán esta
entrevista.
Recomiendo Breve historia de siete asesinatos de Marlon James, galardonado con el Man Booker
Prize 2015. Una novela magistral sobre los años finales de la década de los
setenta, la época más violenta de Jamaica.
En esta segunda parte
de la entrevista, me gustaría tocar el plano personal, para que te conozcan un
poco más tus lectores.
¿Cuándo y dónde escribes?
Aunque también escribo en otros sitios, me concentro
más en casa. Prefiero escribir por la mañana, pero también lo hago por la
tarde, siempre que tenga tiempo.
¿Tienes manías a la
hora de escribir, como algunos escritores?
No, ninguna, solo necesito tranquilidad.
¿Existe el folio en
blanco?
Sí, el bloqueo existe. Múltiples factores influyen en él. Muchas veces
es el miedo lo que nos provoca ese bloqueo; el miedo a no escribir bien, a no
ser bueno…Pero si lo haces sin
analizar
lo que estás escribiendo a cada
momento, puedes sacar ideas, alguna frase buena… Lo demás ya se irá
moldeando.
El proceso de la escritura es lento y requiere mucha paciencia.
¿Qué le pedirías a una editorial?
Que apostara por mí sin tapujos.
Eres una escritora
publicada, ¿entrarías en el mundo de la autopublicación?
No, no creo que lo hiciese porque considero que es
el editor quien tiene que apostar por el texto y su autor. Lo veía, y lo sigo
viendo, un filtro necesario.
Eres una escritora de
novela, fundamentalmente de temática social bastante profunda, o al menos
entroncas tus personajes en esa temática.
¿Te has planteado escribir sobre otro género?
Cuando me surge una historia que quiero contar, me
gusta hacerlo desde el realismo. Pero no descarto que algún día esto cambie.
Es la pregunta del
millón, pero… ¿A tu juicio, que debe tener un libro para que enganche al
lector?
Para Virginia Woolf: «Una buena novela es cualquier novela que le hace
a uno pensar o sentir. Tiene que meter el cuchillo entre junturas del cuero con
el que la mayoría de nosotros estamos
recubiertos. Tiene que ponernos quizás
incómodos y ciertamente alerta. El sentimiento que nos produce no tiene
que ser puramente dramático y por tanto
propenso a desaparecer en cuanto sabemos cómo termina la
historia. Tiene que ser un sentimiento duradero, sobre asuntos que nos importan
de una forma u otra». Yo no podría
expresarlo mejor.
¿Cuáles son en tu
opinión, los tres libros que no deben faltar en una biblioteca?
Me lo pones
muy difícil, hay tantos libros que considero indispensables que me cuesta mucho
elegir solo tres. Pero si tengo que hacerlo, me quedaría con Don Quijote de
la Mancha de Miguel de Cervantes, El castillo de Frank Kafka, y Guerra
y Paz de L. N. Tolstói. Tres obras maestras.
Te dejo que cierres
esta entrevista para que comentes cualquier cosa que no te haya planteado.
Agradecerte
que me hayas hecho esta entrevista. Ha sido un placer contestar a tus preguntas.
Las gracias a ti, Eva,
y espero que sirva para que tus lectores te conozcan un poquito más.
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