José Antonio Fideu, el autor |
Escritor albaceteño nacido en 1972, maestro de profesión, tuvo claro
desde niño que quería ser artista. Hizo sus primeros acercamientos al arte de
contar historias a través del cómic, dibujando y escribiendo sus propios
guiones, y continuó luego limitándose a escribir.
Ha publicado historias.
Dibujado donde le han requerido, y hasta en un periódico de Albacete. También
ha escrito guiones y publicado dos novelas: “Núbilus” y “Los últimos años de la
magia”
Preparando esta entrevista
he visto muchos de sus dibujos y me parecen fantásticos.
En el año 2016 ganó el
prestigioso premio Minotauro, con su última novela, “Los últimos años de la
magia”.
Entre clases, dibujos y
escritura, ha tenido la gentileza de hacernos un hueco para contestar a unas
preguntas y con sus respuestas acercase más a sus lectores.
¿Dónde
vas a buscar tus historias, donde te inspiras?
Bueno,
no lo sé. Cuando estoy en ese periodo de tiempo entre historia e historia mi
cabeza es una especie de batidora que no deja de mezclar ideas. Soy muy
aficionado a mirar, a observar la vida: me gusta ver a la gente pasar y juego a
imaginarme sus biografías, sus vivencias. Además, procuro estar muy atento a
las noticias, a todo lo que me cuentan… Y todo eso lo junto con aquellas cosas
que me gustan, libros, cine, música, cómics… Y el resultado suele ser siempre
un cuento de fantasía pero con raíces que se hunden en los sentimientos y
vivencias de las personas. Me encanta el género fantástico en general y es ahí
donde suelo encontrar las claves para una nueva historia, sobre todo en lo más
clásico. Me gustan mucho, por ejemplo, los cuentos de hadas…
¿Cómo
y dónde se deben de leer tus libros?
Espero
que puedan leerse en cualquier parte. En realidad, pienso en mis libros como si
fueran refugios acogedores donde cualquier soñador puede encontrar asilo.
Intento que lo que escribo se convierta en un viaje agradable para el lector,
en una aventura capaz de transportarte a un lugar y un tiempo mejores. Espero
que mis novelas puedan ofrecer eso, hasta en las peores situaciones. Sería una
gran alegría para mí, escuchar de labios de cualquiera que leyera un libro mío,
decir que al hacerlo ha podido escapar, aunque fuera por un momento, de una
realidad más o menos desagradable. Sin embargo, si un genio me ofreciera la
posibilidad de concederme un deseo en este sentido, ofrecería a cada lector un
mullido sillón de orejas o un sofá con manta frente a una chimenea, una buena
bebida (al gusto), y una agradable música de fondo…
¿Tus
historias tienen un trasfondo social? O por el contrario ¿Te gusta crear el
fondo de la historia?
Escribo
fantasía, algo que en apariencia parece muy alejado de la realidad social. Sin
embargo, mis historias están cimentadas en una realidad que es mi propia
experiencia, y que da verdadera alma y sentido a mis personajes. Creo, además,
que cualquier novela, incluidas aquellas de aventuras como Los últimos años de
la magia, deben procurar influir en la realidad, aunque sólo sea provocando
sentimientos. Me gusta pensar que he sembrado ideas en el corazón de algunas
personas que algún día germinarán dando lugar a un mundo mejor. Así que, aunque
en el fondo el escritor de fantasía es un creador de mundos (yo disfruto
especialmente recreando la atmósfera de mis historias), esos mundos, incluso
los más fantásticos son reflejo de una realidad social, que deben criticar. En
el caso particular de esta novela, yo quería zarpar de un escenario
reconocible, el Londres victoriano, en el que el lector se sintiera cómodo,
para, a partir de ahí, llevármelo de viaje a un universo muy diferente al
cotidiano.
Tus
personajes cobran vida. ¿Te llegan a influir, de alguna manera, en tu vida
personal?
Sin
duda hay una fuerte interacción entre ellos y yo. Todos los personajes que un
escritor crea, incluidos los villanos, son de alguna manera reflejo de su
propia personalidad. Tienen rasgos del autor, comparten pasajes biográficos, y
a veces hasta frases… Más de una vez me he sorprendido encontrando en ellos más
cosas mías de las que suponía que tendrían. Pero de la misma manera, los
personajes que uno crea ponen de manifiesto, en ocasiones, ideas y formas de
ser o de actuar que terminan siendo influencia para el propio autor. Uno se
vuelve un poco caballero andante cuando escribe sobre caballeros andantes, o un
poco mago cuando escribe sobre magos. En el momento que uno narra una escena,
llega a implicarse de manera emocional con los protagonistas, de manera que
termina por considerarlos casi personas reales. Se acaba entendiendo hasta las
razones de los más crueles, y sintiendo clemencia hacia ellos… Y de igual forma
se establecen compromisos, de amistad o de fidelidad, que terminada una obra, te llevan a actuar de una
manera u otra. Hasta tal punto es así que, cuando acabé mi primera novela
(Núbilus) muchas personas me animaron a escribir una segunda parte. Y no lo
hice porque consideraba el hacerlo como una traición al protagonista, el bueno
de Joe “Meteoro”… Hay que leer la novela para entender por qué digo esto, pero
es la verdad. Hasta ese punto un personaje puede influir en un autor…
Cubierta de Los últimos años de la mágia |
¿Y
después del último libro, qué proyectos hay?
Otro
libro… Ojalá pueda seguir escribiendo durante muchos años. Sólo espero eso de
la literatura. Ni hacerme rico, ni famoso. Sólo poder seguir escribiendo y que
haya alguien siempre interesado en aquello que digo, hasta el punto de
arriesgarse a publicarlo. Y, por supuesto, un público dispuesto a leerlo. Pero
además de novelas (tengo un par en mente), me gusta también escribir cuentos y
guiones de cómic. Hace poco escribí un cuento para un proyecto en el que
colaboran muchos escritores y que tiene como nexo de unión las ilustraciones
del gran Alejandro Colucci, y tengo algunas ideas para regresar al cómic… Lo
que se concrete de todo esto, dependerá un poco de la suerte.
¿Qué
novela de las que hay escritas te hubiese gustado escribir y por qué?
Demasiadas…
Todas aquellas con las que he disfrutado en algún momento, y han sido muchas. Haciendo un
barrido así, muy general y a bote pronto, te diría que me hubiese gustado
escribir El señor de los anillos (de Tolkien) o La historia interminable (de
Ende) dentro de la fantasía, Dune (de Frank Herbert), Farenheit 451 (de Ray Bradbury)
o Solaris (de Stanislaw Lem) por nombrar alguna obra de ciencia ficción. Pero
también me hubiese gustado escribir La colmena (de Cela), Los santos inocentes
(de Delibes), cualquier novela de Alatriste (de Pérez Reverte), El palacio de
la luna (de Paul Auster), las novelas de Sherlock Holmes (de Arthur Conan
Doyle), Vuelo nocturno (de Antoine de Saint-exupéry), 20.000 leguas de viaje
submarino (de Verne), los cuentos de Borges, el Quijote (¿es necesario que diga
el autor?), o Los episodios nacionales (de Galdós)… Como ves, muchas obras y
muy diferentes. Y a todas ella podría añadir infinidad de cómics… Y me gustaría
haberlas escrito por dos razones: la primera porque todas ellas me parecen
obras de arte por lo que cuentan y la manera de contarlo, y la segunda porque,
como decía, todas me han hecho disfrutar. He sido feliz leyéndolas…
¿Cómo
escritor, cómo ves el panorama literario español?
Complicado.
Muy complicado… Hoy en día, el 95 por ciento de los escritores (quizás más), no
pueden vivir de la literatura, lo cual, además de ser muy triste, supone un
gran perjuicio para el lector también. Hay una crisis que va más allá de la
falta de consideración y promoción de la cultura, relacionada sobre todo con la
piratería, y que está provocando el cierre de librerías y de editoriales, pero que
hace también que se pierda mucho talento, una riqueza que debería ser
patrimonio del país y que termina desapareciendo. Debido a la situación del
mercado, cada vez se edita menos, y las editoriales (que al fin y al cabo son
negocios que, lógicamente, miran por su beneficio), procuran ir a ventas más
seguras, de autores consagrados o más “mediáticos”. Eso dificulta la aparición
de autores jóvenes, y hace que algunas obras de escritores en otras lenguas de
gran prestigio (pero quizás no tan comerciales), ni siquiera se editen en
nuestro país. Y todo ello provoca un empobrecimiento cultural del que el
ciudadano normal muchas veces ni es consciente. Además, se está obligando a
muchos autores a autoeditarse, lo cual en ocasiones tampoco es bueno, pues esas
obras, que no pasan los filtros de un corrector, por ejemplo, o de un
maquetador, o de un portadista profesional, pueden llegar al lector con una
calidad inferior a la que tendrían yendo abaladas por una editorial. Sin
embargo, en este panorama tan oscuro, sigue habiendo luz, gente que, a pesar de
todo, sigue luchando contracorriente por la literatura, gente que escribe casi
por “amor al arte”, gente que de manera prácticamente altruista se dedica a
organizar eventos literarios, y libreros y editores que siguen apostando por la
lucha…
¿Y
la situación literaria de Albacete?
Pues
en Albacete hay grandes escritores, gente que vale mucho aunque no sea tan
conocida. Podríamos sorprendernos si hiciéramos una búsqueda atenta. Algunos
autores de toda la vida como Manuel Terrín, uno de los poetas más premiados de
la historia de la literatura, o el recientemente fallecido Ramón Bello Bañón, y
grandes hombres de letras como Daniel Sánchez Ortega, capaz de afrontar con
maestría todos los géneros literarios (miembro de la Real Academia de la
historia), conviven con voces nuevas como la de los poetas Rubén Martín Díaz, o
el recientemente premiado Constantino Molina, y novelistas como Alberto Aroca.
Y que me perdonen los muchos a los que olvido. Así que, en Albacete, y a pesar
de todo, de la escasa promoción que se hace de los autores locales, hay vida
literaria… Sin embargo, me gustaría que desde las instituciones se promocionara
más la cultura y a estos autores albaceteños, que deberían ser orgullo local y
que apenas son apoyados. La mayoría de ellos, ni siquiera son muy conocidos
entre nosotros.
Y
para terminar esta primera fase: una recomendación a los lectores, que seguro leerán
esta entrevista.
Si
te refieres a una recomendación literaria, me iría a un clásico: una novela
maravillosa que no dejo de admirar y que todo amante de los libros debería
conocer. Se trata de Farenheit 451 de Ray Bradbury. Y si nos quedamos en lo que
he leído recientemente, algo de un autor español, aunque de un género muy
distinto a mi libro, recomendaría Donde aúllan las colinas, de Francisco Narla.
Es un libro corto, pero una auténtica maravilla.
Si te refieres a una
recomendación a secas, y teniendo claro que no soy quien para recomendar casi
nada, sí que me atrevería a pedirles que se acercaran a la literatura de
autores menos conocidos con la mente abierta. Que buscaran y probaran otras
voces y que intentaran valorarlas por lo que contienen.
En esta segunda parte de la
entrevista, me gustaría tocar el plano personal, para que te conozcan un poco
más tus lectores.
¿Cuándo
y dónde escribes?
Cuando
estoy en casa, escribo siempre en mi biblioteca. Paso casi todas las tardes
allí, ya que al ser docente, tengo libres la mayoría. Dedico unas tres o cuatro
horas diarias a la literatura, ya sea escribiendo, documentándome, atendiendo
medios o leyendo… Si no estoy en casa, procuro buscarme un sitio acogedor,
tranquilo y a ser posible con buenas vistas. Me parece una maravilla, por
ejemplo, poder escribir junto al mar, pero ya digo que mi rutina se centra en
mi biblioteca. Es mi refugio.
¿Tienes
manías a la hora de escribir, como algunos escritores?
Pocas.
Lo único que es imprescindible para mí, mientras escribo, es la música. Elijo
casi siempre música instrumental, sobre todo Vangelis que me transmite mucha
paz, y bandas sonoras de todo tipo. Por lo demás, intento que no haya mucho
ruido, aunque siempre me gusta escuchar a mis hijos a mi alrededor.
Cubierta de Núbilus |
¿Existe
el folio en blanco?
Sí,
claro… Y es un mal socio. A veces hay que luchar mucho contra él, porque se
resiste a dejarse manchar con tus ideas, pero en general he de decir que no
suele ser muy duro conmigo. Me cuesta poco ponerme a escribir, y una vez
caliento, entro en una especie de trance en el que las palabras parecen fluir
solas…
¿Qué
le pedirías a una editorial?
Le
pediría confianza en mis palabras, lo que he pedido hasta ahora, y respeto. Muchas
veces he recibido rechazos editoriales en los que se alababa lo que les mandaba
pero en los que se traslucía una falta de confianza en mí por el único hecho de
ser un escritor desconocido (ya no puedo decir joven). Es una pena que en
ocasiones no se apueste más por la literatura y se apueste, en cambio, por los
nombres, pero como decía antes, entiendo que las editoriales son negocios y
respeto que no se atrevan arriesgar. En ese sentido he tenido mucha suerte con
el Premio Minotauro y con la editorial, porque, además de jugársela con mi
novela (siendo, como digo, autor todavía sin nombre y desde luego sin
apellido), me han tratado de forma exquisita. Han creído en Los últimos años de
la magia, en mi historia, y han trabajado por ella demostrando fe y confianza.
Han hecho un gran trabajo desde el primero hasta el último (no hay que ver más
que la edición), y exceptuando alguno menor, no me han pedido cambios en el
texto. Ojalá todos los escritores fueran igual tratados.
¿Prefieres
ser publicado o autopublicado?
Creo que ya lo he señalado
más arriba. Sin duda prefiero ser publicado. Aunque me he planteado hacerlo
alguna vez, no me autopublicado nunca, y siendo una opción que respeto y que
está ahí, por ahora prefiero que haya profesionales que se ocupen de hacer esos
trabajos para los que yo no estoy capacitado. Yo soy escritor, y me gusta que
tras el libro haya un portadista profesional (o un equipo de arte), unos
correctores, maquetadores, un equipo dedicado a la promoción… En fin, gente
trabajando al unísono para cubrir mis carencias. Además, cuando hay una
editorial como Minotauro detrás de una novela, tienes la garantía de que muchos
lectores se acercarán a ella por el simple hecho de ser presentada por gente
que viene sacando libros de calidad desde hace tiempo. También sabes que la
distribución será mucho mejor y que llegará a más gente. Del tema económico no
puedo hablar. No sé si será más rentable autoeditarse o ceder tu novela a una
editorial, pero como para mí nunca ha sido primordial, prefiero que me editen.
Además, al estar en una editorial, estás sometido a un proceso de crítica
constante que es muy positivo para el escritor y su obra. La autocomplacencia
no es buena.
Eres
un escritor de novela fantástica ¿Te has planteado escribir de otra forma?
Aunque
escribiera otros géneros (imagino que te refieres a eso), no creo que
escribiera de otra forma. Mi manera de contar es la que es, y dudo que cambiara
demasiado. Trato de mejorar con cada capítulo, casi con cada frase, pero hay
una voz en cada escritor que es difícil de falsear. Y si a lo que te refieres
es si escribiría otros géneros, la respuesta es sí. Yo lo que quiero es contar
historias, del tipo que sean. He escrito fantasía porque me encanta y me siento
cómodo en ella, pero tengo en mente varias historias y alguna de ellas es de
corte totalmente realista… Espero que algún día llegue su momento y estas
historias salgan a la luz, aunque por ahora, el mundo editorial requiere de mí
más fantasía y yo procuraré dársela gustoso.
¿A
tu juicio, que debe tener un libro para que enganche al lector?
Debe
estar contado con el alma. Me gusta pensar que cuando escribo siento a mis
lectores frente a mí, y que, tras charlar un poco, en confianza, empiezo a
contarles un cuento... Trato de que el lector establezca un lazo afectivo, de
confianza y afecto conmigo. Y luego, intento que toda novela que escribo apele
a los sentimientos. Una buena trama es importante. Creo que cada capítulo debe
dejar al lector con ganas de saber. Creo que los personajes deben hundir sus
raíces en la realidad, y creo que es bueno contar historias que sorprendan en
algún momento, pero por encima de todo, un libro debe tratar temas que rocen el
alma del lector: la muerte y la vida, el amor en todas sus versiones…Y debe
hacerlo provocando sentimientos. Sólo
así el lector quedará atrapado en tu trampa de palabras.
¿Cuáles
son en tu opinión, los tres libros que no deben faltar en una biblioteca?
El
Quijote, El señor de los anillos y Farenheit 451… Ah, y Los últimos años de la
magia. ¿Eran tres o cuatro?
Pues hasta aquí la
entrevista que hemos mantenido con la escritor y polifacético José Antonio
Fideu. Muchas gracias por habernos dedicado estos minutos y esperamos que
sirvan para tus lectores te conozcan mejor. Muchos éxitos con tus novelas,
dibujos, comics, guiones…
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