O, de cómo ver
unas imágenes en los diferentes medios de comunicación, o redes sociales, para
pasar de la más absoluta relajación, al cabreo, mal humor, indignación, mala
leche… ¿Cómo es posible que unos personajes anodinos, insignificantes hagan
esperar a la justicia? Sí, esa justicia que dicen es para todos igual, pero que
va a ser que no.
Con una
desfachatez propia de dirigentes de una tiranía, de un régimen dictatorial,
estos “elementos” que pretenden ser alguien y que jamás lo serán, pues les
falta lo primero, la altura de miras y la sencillez que ha de adornar a cualquier
persona que quiera ser un servidor público. Estos “personajes” son justamente
lo contrario, arrogantes, pretenciosos, orgullos, altaneros, e incluso, insultones.
Y por si ya nos les faltaba algo, desde hoy presuntos delincuentes. Porque
delincuente no es aquel que roba o mata, lo es cualquiera que incumpla la Ley,
y estos, la han presuntamente incumplido.
Llegar tarde a
cualquier sitio es una falta de respeto con la persona que espera. ¿Pero a estos “elementos”
les vas a hablar de respeto? Viendo las imágenes se da uno cuenta de cómo ha
sido todo perfectamente preparado, calculado, estudiado al milímetro y nada ha
quedado a la espontaneidad. Yo metería más el dedo en la llaga, al punto, de
decir que alguien profesional se había encargado de organizar la puesta en
escena. Empresa o particular que cobrará, no de ellos, sino de algún organismo
público y que luego dirá aquello de “saben
aquel que diu… España nos roba”.
Si prestamos un
mínimo de atención, los veremos rodeados de toda la casta política, esa de
extrema izquierda, arropando a un personaje de CIU, ¡vivir para ver! Ver
funcionarios de la Generalidad abandonado sus puestos de trabajo para jalear y
ser palmeros de “estos”, pero, sin duda, van en busca de la prebenda, cuando
corresponda. Porque estos son de los que dicen “Y, ¿de lo mío qué?
Han tenido la
desfachatez e incluso, la sinvergonzonería de recorrer a pie la distancia que
separa el palacio de la Generalidad, sede del gobierno autonómico catalán y hasta llegar al palacio del Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña, que apenas distan un kilómetro. Llegados a
este punto, yo me pregunto, si han sido capaces de escenificar esto,
renunciando a escoltas y coches oficiales, también lo deberían hacer el resto
de año.
Pero por si no
fuese suficientemente grave lo ocurrido, sus señorías los jueces, no le han
afeado su conducta, no que va, no diré que les han aplaudido, eso no, pero solo
se han mostrado un poco enojados y así se lo han hecho saber a sus abogados.
A cualquier ciudadano
de a pie, si hoy tiene que asistir a un juicio y se le ocurre llegar tarde, sin
una razón de causa mayor, la multa que le cae, es de esas que recuerdas toda la
vida. Pero a estos “elementos” no les ha pasado nada, absolutamente nada, y lo
que es peor, ¿se apuestan pincho de tortilla y caña a que nos los condenan?
Y para final,
el despliegue de Mozos de escuadra que han originado, ¿quién lo pagará? Yo,
usted… ellos no, seguro.
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