Han
transcurrido dos años desde que me embarqué en un proyecto ilusionante. Era la
primera vez que me introducía en el mundo literario de la investigación
histórica. Fui consciente desde el primer momento de las dificultades a las que
me tendría que enfrentar, pero y para ser sincero, no creí que fuesen tantas.
Afronté el reto a pecho descubierto, como el que va por la vida con la verdad y
la humildad por delante. No pertenecer a ninguna asociación, instituto,
colectivo e incluso a la universidad, me ha deparado que se cerraran muchas
puertas, algunas, incluso, demasiado ruidosas. No es demasiado comprensible, a
estas alturas del siglo XXI, que porque se escriba la historia de un penal, se puedan levantar susceptibilidades. Sí, es cierto que se abrieron algunas ventanas y
por ellas y gracias a determinadas personas, que citaré en el libro, pude
acceder a determinados documentos y se me dieron facilidades. En otras
ocasiones, hubo que invocar a la ley para traspasar determinadas barreras, pero
lo importante es que se consiguió lo buscado, bueno... casi todo.
No
es tiempo de reproches y sí de alegría y satisfacción al ver terminado el
trabajo, no como me hubiese gustado, pues es cierto que adolece de alguna
información, que me ha sido imposible conseguir. Pero, ahí está, y quiero
sobretodo, que sea patrimonio de todos aquellos que lo quieran leer o
consultar. También será la primera piedra para que otros con más dotes sean
capaces de terminar la investigación, cuando aparezcan o se tenga permiso para
consultar algunos archivos.
Decía
que agradecería en el libro a unas cuantas personas, no todas, pues han sido
muchas. Pero es de justicia hacerlo hoy. A Dori, la archivera del Ayuntamiento
de Chinchilla, a la Sra. Jueza de Paz de Chinchilla, a Fina Ortega por abrir
las puertas que me abrió y sobre todo por el ánimo que me infundió en los
momentos de desánimo, que también los hubo. A Ramón Gómez por sus aportaciones
y fotos inéditas que se incluyen en el libro. A mi familia y amigos que
creyeron desde el principio en este proyecto. Gracias a todos, gracias.
Hoy
he entregado la solicitud y el original en el Instituto de Estudios
Albacetenses, para y una vez superado el proceso de evaluación, sea publicado
por este Organismo de reconocida solvencia investigadora, si así lo considera.
Soy consciente de que hay que superar un proceso de evaluación exigente, por
expertos externos del Instituto. Si no lo consiguiera, tampoco pasaría nada. De
una forma u otra estará disponible para todos aquellos que lo quieran consultar.
Han
sido muchas horas de trabajo y no puede, ni debe quedar en un cajón siendo
cómplice del olvido.
El
proyecto como ya sabéis se llama “Chinchilla y su penal” y está dedicado a la
ciudad de Chinchilla, con esta frase y en su página de dedicatorias “Dedicado a la ciudad de Chinchilla que
necesitó de este espantoso sitio para su supervivencia”. Y cierra el libro
con una estrofa de un poema de Luis Cernuda:
Recuérdalo
tú y recuérdalo a otros
cuándo
asqueados de la bajeza humana,
cuándo
iracundos de la dureza humana,
este
hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo
tú y recuérdalo a otros.
Mucha suerte, Miguel. Tantas horas invertidas en este proyecto tienen que ser vistas de una u otra forma. Felicidades por el nuevo proyecto terminado
ResponderEliminarEspero que se reconozca todo tu trabajo y que se publique. Gracias en nombre de los que por allí pasaron y que ahora no están con nosotros pero sus recuerdos y memorias no se olvidan.familia de Antonio Ruiz
ResponderEliminar