A lo largo del día de ayer,
no hubo ningún medio de comunicación, que no hablase o escribiese sobre el
suceso trágico ocurrido en San Martín de la Vega, pueblo cercano a Madrid.
La tragedia se cebó con una
niña de 12 años. ¡Qué difícil resulta explicar una muerte tan temprana! Y mucho
más de la forma en que aconteció.
Resulta imposible, al menos
para mí, ponerme en la piel de los padres de esa niña. Un dolor en su máxima
expresión, sin duda.
Decía que todos los medios
han comentado, incluso alguno, ha querido buscar la causa, y otros, hasta
justificar esa muerte absurda. Alguno ha pretendido llegar más lejos y quiere
responsabilizar a la policía de lo sucedido.
Yo no justificaré nada, pues
nada entiendo sobre el asunto, solo sé, por qué a la vista está, el desmadre
juvenil que estamos viviendo. Hasta, incluso, resultaría fácil responsabilizar
a los políticos, que para mí sí lo son, aunque no en toda la dimensión del
problema. La respuesta debería venir de la mano de los profesionales, psicólogos,
psiquiatras, sociólogos, médicos… Estoy seguro de que lo que voy a escribir,
ahora, levantará ampollas, pero me da igual. Los primeros responsables de la
situación son los padres. Es difícil decirlo pero es la realidad. No se puede,
como está ocurriendo, delegar la educación de nuestros hijos en los maestros,
profesores, policías… La educación nace y se hace en el seno de la familia.
Luego vendrán otros actores, los políticos, que prefieren una juventud
aborregada y sin ideas, comerciantes sin escrúpulos que venden alcohol a
menores y leyes que permiten estos atropellos.
Un comentarista de radio
decía, que ojalá esta sea la última muerte de un menor por un coma etílico.
Mucho me temo que no será. Hoy ya nadie habla de este tema, es agua pasada y
solo queda el dolor de unos padres destrozados por la tragedia.
Quiero entroncar en este
momento otro asunto. Aunque pienso dedicarle más tiempo más adelante, cuando
disponga de mayor información. Los deberes de los niños. No salgo de mi asombro
cuando una asociación de padres, ha declarado una huelga de deberes escolares.
¡Menudo papelón la de estos “padres”! y no menos el de sus hijos. ¿Se imaginan
la escena?
— Niño hoy no quiero que
hagas los deberes.
— Pero papá, si no los hago
mañana me reñirá la maestra.
— Pues le dices que tu padre
te ha dicho que no los hagas.
— Seguro que otros niños los
harán y yo…
— ¡A callar! He dicho que no
y es no.
Queriendo proteger a
nuestros hijos de no sé qué, les vamos a crear un mayor problema. ¿Qué hay
detrás de esta huelga? ¿Egoísmo, tal vez?
Tiempo habrá para comentar y
él dará y quitará razones.
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