Olga Romay Pereira, escritora nacida en Lugo y
residente en Madrid, después de haber recorrido algo de mundo. Licenciada en
Ciencias económicas y empresariales por la Universidad de Madrid, actualmente
es profesora en un instituto de enseñanza secundaria. Completa la labor docente
con la escritura, al tiempo que sigue su formación académica con el doctorado
en Historia Antigua.
Finalista en el prestigioso premio literario de
narrativa, Torrente Ballester, en el año 2007 con su obra El jugador de
ajedrez.
En el año 2013 publica Pericles, el primer
ciudadano. Novela ambientada en el siglo V a.c. Obra histórica y romántica,
cuenta la historia de Lisicles que heredó a la muerte de Pericles, no solo, la
jefatura del partido demócrata, sino también, que se casó con su viuda.
En 2016 publica Los hijos del senador, que narra
la vicisitudes del senador Servilio y sus hijos en medio de la guerra entre
Cesar y Pompeyo… y ya no desvelo más de este magnífico libro, con el que está
en plena gira de presentación.
Ha tenido el detalle de hacerme un hueco en su
apretada agenda laboral, literaria y sobre todo en la vorágine que supone
la promoción de sus obras, para contestar algunas preguntas que, seguro, serán
de interés para sus lectores.
¿Dónde vas
a buscar tus historias, donde te inspiras?
Para esta novela he recibido
inspiraciones diversas. Quería escribir una novela sobre cómo sobrevive la
población civil en medio de un conflicto bélico. Hay dos novelas que admiro y
que son mi gran referente en este aspecto, una de ellas es Guerra y Paz y la
otra es El Ángel Callaba de Heinrich Boll. En ambas lo importante no es el
conflicto bélico, sino cómo éste altera la vida de los protagonistas.
Pero para ser sincera, hay muchas más imágenes
mentales que me han inspirado, desde el cine (Marco Antonio está inspirado en
Marlon Brandon cuando interpretó el papel de Marco Antonio en la película Julio
César). También me inspiro en los cómics (El César de Asterix y Obelix es
un personaje fabuloso) o incluso pintura (los frescos de Pompeya reflejan la
vida doméstica, y escultura (las magníficas estatuas que se conservan); también
recurro a exposiciones de arqueología (La groma, ese instrumento de medida con
el que se trazaba el campamento romano, la vi por primera vez en una
exposición). Hay otras novelas de romanos magníficas que han supuesto para mí
una guía, entre ellas la de Yo Claudio y la de Quo Vadis. Pienso en la banda
sonora de Ben Hur cuando me falta inspiración.
Luego mezclo todo en mi cabeza. Leo a Suetonio,
Plutarco, Apiano, César, Cicerón y unos cuantos más, y ya está. Parece
fácil pero no lo es, es largo, duro y mucho más complicado.
Cubierta de El jugador de ajedrez |
¿Cómo y
dónde se deben de leer tus libros?
Yo siempre digo que si la
lectura engancha, puedes leerlo incluso en el metro. Este verano he visto
leyendo mi novela en la playa.
¿Tus
historias tienen un trasfondo social? O por el contrario ¿Te gusta crear el
fondo de la historia?
Esta novela tiene un conflicto que nos es muy
familiar: dos hombres (César y Pompeyo) con dos terribles egos, dedicados a
arrastrar a toda la población de Roma a la Guerra civil. Ellos sin embargo son
personajes secundarios, pero todo lo que hacen va a afectar a los hijos del
Senador, los verdaderos protagonistas de la historia.
Tus
personajes cobran vida. ¿Te llegan a influir, de alguna manera, en tu vida
personal?
Mi vida personal es muy
convencional, casada, madre de dos hijos, funcionaria. Leer y escribir hacen de
mi vida una aventura, mis personajes me dan envidia: están vivos y les suceden
cosas tan interesantes. Escribir sobre ellos es como tener una máquina del
tiempo, siempre digo que tengo un DLorian en el sótano y viajo varias veces al
día al pasado. Luego cuando regreso al futuro, mi vida vuelve a ser la
misma.
En algunas personas, este desdoblamiento de
personalidad lo tratan los médicos, en mi caso lo consideran un pequeño defecto
profesional.
¿Y después
del último libro, qué proyectos hay?
Cambiaré de época pero no de
registro. Estoy escribiendo una historia que transcurre en Egipto y el
protagonista es Ptolomeo Sóter, el general de Alejandro Magno que se llevó su
cadáver y lo enterró en Alejandría. En esta novela hay mucho más drama y
violencia que en la de Roma, los macedonios se dedicaron a matarse entre ellos
cuando Alejandro murió.
Cubierta de Pericles, el primer ciudadano |
¿Qué
novela de las que hay escritas te hubiese gustado escribir y por qué?
Yo Claudio, de Robert Graves.
Salambó de Flauvert.
Crearon unos personajes magníficos, supieron
elegir la época, la trama y el ambiente. Son dos obras maestras. Creo que los
escritores deben de leer a los grandes maestros una y otra vez por dos razones:
se nos bajan enseguida los humos y nos obligan a esforzarnos y mejorar una y
otra vez.
¿Cómo
escritora, cómo ves el panorama literario español?
De los que ahora escribimos no
sobrevivirá ni el uno por ciento. Las editoriales piden lo que reclama el
público: que el libro tenga sexo y violencia cada diez páginas, que pueda ser
llevado al cine, que esté dirigido a adolescentes o a mujeres de más de cuarenta
años. Tal vez se sigan editando dentro de diez años. En Inglaterra hace un
siglo eran esas novelas que las mujeres compraban antes de entrar en el tren,
las leían y luego las tiraban en la basura de la estación de destino,
avergonzadas por leer basura. Ahora las colocan orgullosamente en las
estanterías, es el fenómeno Cien Sombras de Grey.
Pero no es una fórmula exacta, en ocasiones
surgen novelistas de primera fila con un lenguaje único. Paul Auster es para mí
un gran héroe como escritor, ni siquiera se pasa el día en las redes sociales
como tenemos que hacer los escritores españoles por imposición del mundo
editorial.
Desde tu
ya dilatada experiencia en el mundo editorial, ¿notas el apoyo de las
instituciones a la cultura en general y a la literatura en particular?
Las instituciones sólo me han
apoyado ofreciéndome presentar gratis mi libro en sus locales. La primera vez
fue la Fundación Caixa Galicia y ahora es el Ámbito Cultural del Corte Inglés
el que permite utilizar su local para presentar en Madrid mi última novela. Ese
es el único apoyo que he recibido, y que no es poco.
A las instituciones culturales se las puede
criticar mucho, publican a veces libros absurdos que no contribuyen para nada a
la cultura, pero hay que reconocer que son las que convocan la mayoría de los
premios literarios de España, y esa es una labor elogiable. Sé que es muy
difícil ganar un premio literario, pero conozco a gente que lo ha conseguido
por méritos propios.
Y para
terminar esta primera fase: una recomendación a los lectores, que seguro leerán
esta entrevista.
No todo lo que está en el
primer lineal de las librerías vale la pena. Hay muchos libros en las
estanterías, vale la pena echarles un vistazo, hablar con los libreros, leer
blogs literarios.
En esta
segunda parte de la entrevista, me gustaría tocar el plano personal, para que
te conozcan un poco más tus lectores.
¿Cuándo y
dónde escribes?
En todos sitios siempre que pueda poner mi
portátil sobre una mesa. Tengo mucha capacidad de concentración, cuando escribo
me abstraigo de tal forma que sólo salgo de mi ensimismamiento cuando alguien
me toca un hombro o me habla muy cerca. Un día me robarán en casa y no me habré
enterado.
¿Tienes
manías a la hora de escribir, como algunos escritores?
Ninguna. Sería estupendo poder
presumir de alguna extravagancia, me gustaría contar que escribo borracha o que
a las cinco de la mañana es cuando llega la inspiración, pero me temo que no
puedo.
Cubierta de Los hijos del senador |
¿Existe el
folio en blanco?
No, cuando me pongo a escribir
ya sé lo que voy a escribir, lo he meditado antes en mi cabeza. Tengo un mapa
mental y lo sigo sin perder tiempo.
¿Qué le
pedirías a una editorial que no te haya dado ya?
El escritor tiene la esperanza
de que la editorial se comporte como un novio fiel, que te ame en exclusiva,
que no tontee con otros y que te saque de paseo. Pero las editoriales son
polígamas, tienen muchos escritores a los que dedicar su tiempo. Nosotros
tenemos que recordarles constantemente que estamos ahí, a veces es
exasperante.
Eres una
escritora publicada, ¿en algún momento entrarías en la autopublicación?
Por supuesto, siempre me
acuerdo de Vázquez Montalbán, no le quedó más remedio que autopublicarse y no
por ello es un escritor de segunda fila.
Eres una
escritora de novela histórica, o al menos entroncas tus personajes en un
momento histórico. ¿Te has planteado escribir sobre otro género?
Si, e incluso lo he hecho,
pero el resultado no es tan bueno. Hay obras que es mejor guardar en un cajón,
un escritor no debe de dar a publicar todo.
Es la
pregunta del millón, pero… ¿A tu juicio, que debe tener un libro para que enganche
al lector?
Sólo sé los que a mí me enganchan: personajes
sólidos a los que les suceden cosas interesantes.
¿Cuáles
son en tu opinión, los tres libros que no deben faltar en una biblioteca?
La Historia de Heródoto, las
Vidas Paralelas de Plutarco y En Busca del Tiempo Perdido de Proust. Siento
ponerme tan pedante, no es mi intención, hay una razón: los dos primeros son la
gran fuente de inspiración para las novelas históricas que transcurren en la
Edad Antigua, el tercero es alimento para el alma.
Te dejo
que cierres esta entrevista para que comentes cualquier cosa que no te haya
planteado.
Si tengo que recomendar algo a
un escritor novato, lo que no hay que hacer: quejarse de lo dura que es esta
profesión. Sí, en efecto, es dura e ingrata, igual que todas las actividades
artísticas, pero quejarse es una pérdida de tiempo. A escribir sólo se aprende
escribiendo, siendo crítico consigo mismo, y tirando muchos capítulos a la
basura.
Y por último: si uno quiere hacerse rico, es
mejor que se dedique a la bolsa; si desea hacerse famoso, es mejor que se
dedique a la televisión y si uno busca buenas críticas, que se busque un novio
complaciente. Ser escritor no resuelve la vida a nadie y no creo que de la
felicidad (yo soy feliz por otras cosas que ocurren en mi vida). Pero ser
escritor tiene algo, no sé, es difícil definirlo.
Pues hasta aquí la entrevista que hemos mantenido
con la escritora Olga Romay. Muchas gracias por habernos dedicado estos minutos
y esperamos que sirvan para tus lectores te conozcan mejor.
Esta entrevista es
más que una serie de preguntas y respuestas, es, sin duda, un gesto de ánimo
para los escritores que estamos empezando en este mundillo tan bonito, pero al
tiempo tan complicado. Muchos éxitos con tus novelas.
Fantástica entrevista, anotada a la lista LOS HIJOS DEL SENADOR
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