> Miguel Garví, escritor: UN HOMBRE VALIENTE, EL PAPA FRANCISCO

martes, 22 de septiembre de 2015

UN HOMBRE VALIENTE, EL PAPA FRANCISCO



Papa Francisco
Desde que el Vaticano anunciara, hace bastante tiempo, el viaje de su Santidad el Papa Francisco, he seguido expectante todas las noticias relacionadas con su viaje a Cuba y Estados Unidos. No por esperadas han dejado un poso de optimismo con todas sus declaraciones, bien en la prensa, bien en sus homilías. 

Llegó el día y apareció en la escalinata del avión que le había llevado hasta La Habana. Recibimiento protocolario por parte de los dirigentes de la Isla, representada por su figura máxima, Raúl Castro, hermanísimo del que sigue siendo el gobernador, Fidel Castro.

Luego un encuentro en el que tenían puestas sus miradas todos los analistas políticos, recordemos que el Papa es el Jefe del Estado Vaticano, se esperaba ese encuentro, ¿defraudó, no defraudó? Lo esperado, afabilidad y corrección. Estos eran, sin duda, encuentros encorsetados por la diplomacia de ambos Estados. No es fácil ni conveniente saltar estos protocolos.
Plaza de la Revolución con el Che Guevara

La jornada siguiente sí era transcendental, no quiero decir que la otra no lo fuese, pero esta era especial, el encuentro  con el pueblo llano, con la juventud, esa que adora el Papa Francisco, con la que se siente a gusto, con la que conecta y dialoga. Aquí sí estuvo el Papa en su salsa. Había un discurso oficial preparado para la ocasión, consensuado, como es lógico, por sus asesores, pero a él le faltó tiempo para improvisar uno. Previamente había habido otro, por parte de un joven católico, que se dirigió al Papa y al pueblo congregado en la Plaza Félix Valera, bajo una constante lluvia. El joven que leyó el discurso fue valiente hablando de libertad de pensamiento, de dejar la mediocridad y dar sentido a sus vidas.
Parecía que Francisco estaba esperando una oportunidad como esta para aparcar el discurso oficial. Bajo la lluvia y no queriendo que nadie le cubriese con un paraguas, contestó al joven orador. Les ha pedido valentía, que no se rindan ante los problemas, que tengan sueños y que los lleven a la práctica. Dejó frases "lindas" como diría un argentino: "Vos dijiste una frasecita: Que sepamos acoger al que piensa diferente. Pero a veces nos metemos en nuestro mundo". "Que no nos encerremos en los conventillos de las ideologías. Cuando yo tengo una ideología, me encierro". "Hay que tener corazones abiertos, mentes abiertas. Si piensas distinto que yo, ¿por qué no hablar? ¿Por qué no nos damos la mano en aquello que tenemos en común?"

Y como no, el Papa ha querido hablar también de uno de sus grandes preocupaciones, el trabajo de los jóvenes: "Un pueblo que no se preocupa por dar trabajo a los jóvenes, es un pueblo que no tiene futuro". Y cuánta razón tiene el Papa Francisco. Les estamos negando el pan y la sal a lo mejor que tenemos, nuestros jóvenes, nunca una generación había estado mejor formada que la actual y a cambio ¿que tenemos? Un 50% de jóvenes en el paro, sin perspectivas y sin esperanzas. Una tragedia.

En una misa multitudinaria, en plena Plaza de la Revolución presidida por la figura del Che Guevara, un lugar emblemático del Régimen Cubano, Francisco, delante de Raúl Castro, manifestó: "No hay que dedicar la vida al servicio de las ideas, sino de las personas", "quien no vive para servir, no sirve para vivir".

Fueron 300.000 las personas que se congregaron alrededor de Francisco, muchos jóvenes ávidos de oír las palabras de un hombre valiente, un Papa muy distinto a los demás, un cura que quiere guiar un rebaño de almas. Un Papa valiente.


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